La reforma que anunción López Obrador contempla poner el salario alrededor de 16 mil pesos, pero, ¿es un mito o una realidad?
La posibilidad de establecer en la Constitución un salario mínimo magisterial es una medida con tintes electorales imposible de cumplir por las implicaciones presupuestales, político-legales y por la opacidad en la materia, advirtieron especialistas y docentes; publicó MILENIO.
En días pasados, el presidente Andrés Manuel López Obrador, declaró que analiza impulsar una iniciativa para establecer en la Constitución un salario mínimo magisterial de alrededor de 16 mil pesos, no obstante, reconoció que sería una medida compleja.
Marco A. Fernández, investigador de México Evalúa, consideró que es una promesa con tintes electorales, pues a los estados les sería imposible asumir los costos de cumplir con una nómina magisterial estandarizada, ya que en promedio por entidad, alrededor del 40 por ciento de la nómina de los maestros recae en los gobiernos estatales.
El también especialista de la Escuela de Gobierno del Tec de Monterrey cuestionó que no hay claridad sobre de dónde provendrían los recursos para financiar un aumento y garantizar que sea equitativo, pues en lo que va de la presente administración los incrementos han sido ínfimos frente al impacto inflacionario.
“Es un dulce envenenado para los estados. Una, porque a lo largo del sexenio la federación ha recortado en las transferencias a los estados en el rubro educativo, por tanto los márgenes de maniobra en este tema para los estado se han reducido. Dos, a lo largo del sexenio, los aumentos que son anunciados para el magisterio han sido inferiores a la inflación”, explicó.
Un análisis realizado por Iniciativa de Educación del Tec de Monterrey y México Evalúa arrojó que en el 2000, el incremento del sueldo tabular magisterial era del 12 por ciento frente a una tasa de inflación de 12.3 por ciento; en el 2006, el incremento al sueldo tabular fue de 4 por ciento e inflación de 3.3 por ciento; para 2012, se registró un aumento salarial del 4.3 por ciento frente a una tasa inflacionaria de 3.8 por ciento.
Para 2018, el incremento salarial fue de 3.4 por ciento, con inflación de 6.8; en 2019, fue de 3.4 por ciento e inflación de 4.8. Estos valores se mantuvieron para 2022, cuando se registró una drástica disminución del poder adquisitivo con 3.5 de aumento salarial, frente a 7.4 por ciento de inflación.
En 2023, López Obrador anunció un aumento de 8.2 por ciento frente a la inflación de 7.8.
No obstante, en aquel momento, el dirigente de la sección 9 del magisterio disidente, Pedro Hernández, reclamó que el incremento salarial se veía ampliamente superado por la inflación, ya que en lo que va del sexenio la pérdida del poder adquisitivo acumula más del 40 por ciento.
Hasta la fecha, los maestros refieren no tener claridad sobre la manera en que se repartió el aumento salarial del año pasado.
Abel González, docente de secundaria en Milpa Alta, cuestionó que mientras compañeros denominados Personal de Apoyo a la Educación (PAE) contaron con el ajuste salarial, en su caso percibió un incremento del 5 por ciento repartido en prestaciones.
“Los PAE tuvieron un ajuste salarial preferente del 8 por ciento de una quincena a otra, lo que los puso contentos, pero los docentes si acaso tuvimos un 5 por ciento repartido en prestaciones. No se puede prometer un salario mínimo magisterial porque no es lo mismo ser un profesor de secundaria, de preparatoria, o contar con licenciatura, maestría o doctorado, o ser normalista”, expuso.
Nómina magisterial en la opacidad
Aunado a esta situación, la nómina docente sigue operando con opacidad, pues no se ha depurado ni hecho pública, por lo que sigue existiendo duplicación de plazas y desconocimiento de los tabuladores.
“Las nóminas de los estados no son transparentes, por lo que no podemos saber cuánto impacta presupuestalmente el pago de los estados a los maestros. No sabemos cuántos maestros están por debajo del salario mínimo y cuántos están muy por encima, por ejemplo, aquellos que lograron sueldos de más de 30 mil pesos cuando aún existía carrera magisterial.
“Hay casos como Michoacán que se aprobaron plazas con negociaciones políticas y sin sustento a largo plazo presupuestal, es un problema serio”, explicó Marco Fernández.
Actualmente, el Gobierno federal transfiere dinero a los estados para el pago de la nómina educativa, y los recursos se desprenden del Fondo de Aportaciones para la Nómina Educativa y el Gasto Operativo (FONE).
A inicios de este sexenio, el Gobierno federal planteó que buscaría hacerse cargo de la nómina de todo el magisterio para que las entidades federativas tuvieran solvencia económica.
Tan sólo en 2022, se destinaron 295 mil 493 millones de pesos para las remuneraciones de 889 mil 383 docentes, lo que significó 66.2 por ciento de los recursos del FONE. Lo que demuestra que las remuneraciones del magisterio son la partida más onerosa del gasto educativo.
El Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), en el análisis Federalización de la nómina educativa. Salarios, transparencia e impacto presupuestario, estimó que, unificar la nómina de 72 mil 163 docentes de educación básica a los que no se les paga con recursos del FONE, requeriría de al menos, 21 mil 895 millones de pesos anuales, lo equivalente al 4.9 por ciento de los recursos totales del fondo.
El CIEP advirtió que el FONE perpetúa inequidades salariales, pues los pagos a maestros dependen de la entidad donde se labora y el tipo de contrato que se tiene.
De esta manera, el incremento del 8.2 por ciento anunciado el año pasado, de haber sido correctamente aplicado, provocó que el salario anual promedio de los docentes pasara de $329 mil 75 pesos en 2022, a $356 mil 59 pesos en 2023. Sin embargo, hay docentes con salarios de hasta 4 millones de pesos (10.9 veces el salario promedio).
Con el FONE, recalcó el estudio, tampoco se ha eliminado la opacidad y carencia de mecanismos efectivos para la rendición de cuentas en el pago de nóminas del magisterio, pues se identificaron mil 371 docentes que trabajan en más de una entidad, así como docentes hasta con seis plazas y en 10 escuelas diferentes.
Francisco Bravo, integrante de la sección 9, y profesor de primaria, criticó que prometer un salario mínimo magisterial no resuelve la situación, porque en el caso de la Ciudad de México única entidad cuya administración educativa no está descentralizada, se han generado desventajas en pagos y prestaciones.
En el caso de prestaciones, dijo, los maestros de la capital están por debajo de la media nacional, pues mientras en el Estado de México reciben entre 70 y 100 días de aguinaldo, en la Ciudad son 40 días, lo mismo ocurre en bonos y días económicos.
“Con las cantidades que manejó el presidente no se resuelve la situación. Los maestros que tienen una plaza regular es de 12 mil 700 pesos mensuales, la propuesta que se maneja es poco más de 16 mil pesos, no resuelve la problemática de salario que se tiene porque si hacemos el cálculo, si se tienen dos hijos y se paga la renta y te consigues un lugar de más o menos 8 mil pesos, te quedan 8 mil pesos la mes.
“Necesitamos ver propuestas más realistas que reconozcan el trabajo docente. Hay muchos profesores que hacen maestrías o doctorado, y reciben un pago mínimo. Por maestría son 80 pesos extra , eso no es serio, no reconocer el esfuerzo que muchos profesores hacen de alcanzar mayor preparación”, reclamó.
Realizan paro en demanda de mejora salarial
Maestros de las secciones 9, 10 y 11 de la Ciudad de México, pertenecientes a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) , realizarán un paro de labores y marcharán este viernes 26 de enero, a las 9:00 horas, del Monumento a la Revolución a la Secretaría de Educación Pública.
Exigirán que se establezca una mesa de diálogo con la titular de la SEP, Leticia Ramírez Amaya, para abordar un aumento salarial, basificación de docentes y la derogación de la Ley del ISSSTE que ya no les permite jubilarse con el régimen solidario sino con la pensión ahorrada por el profesor; informó MILENIO.
Imagen Portada: MILENIO.