Por Francisco Tijerina Elguezabal
Deberíamos tener cuidado en no hacerle a un compañero lo que solo intentábamos ayudarle a hacer. // Frank A. Clark
Ora sí se puso sabroso el sarao.
El que Tatiana Clouthier contendiese por la alcaldía de Monterrey cambiaría radicalmente todos los planes, estrategias y proyectos de partidos y candidatos hasta este momento, porque la hija del “Maquío” sería un alto contraste con la aspirante naranja Mariana Rodríguez.
Clouthier no puede calificarse como “desarraigada” con todo y que en los últimos años pasó buena parte de su tiempo en la capital, primero como vocera de la campaña de AMLO, luego como legisladora y después como secretaria de Economía, cargo que dejó para volver a San Pedro, que es donde reside, aunque aclara que tiene credencial para votar de Monterrey.
La pregunta es: ¿a quién le restará votos? ¿Quién ganará con su participación? Porque a pesar de tener una buena imagen, considero que difícilmente le alcanzaría para completar los votos necesarios que le hicieran llegar a la alcaldía regia, aunque sí los suficientes para abrirle un enorme boquete a algún contendiente.
Pero además, ¿ayudaría su presencia y campaña a la abanderada morenista Claudia Sheinbaum? Si esa es la verdadera estrategia, olvídense de la alcaldía, que Tatis bien puede ir en el line-up como “bateadora de sacrificio”, sin importar que con su presencia se muevan todas las piezas del tablero.