Por José Francisco Villarreal
Este jueves no logré convencer a mamá de almorzar unas suculentas migas con huevo y unos frijoles chinitos. La señora fue a la caja con triple cerradura donde guarda su pensión del bienestar como reliquia sagrada. Sacó un billete y me mandó a los tacos de doña Pili. Esos tacos son un lujo de pobres. Excelentes guisos de chicharrón en salsa, asado, chiles jalapeños rellenos, entre una docena más. Y como son tan buenos, la fila de espera suele ser larga. Larga y amena, porque ahí se entera uno de todos los chismes del barrio. Lo curioso es que esta vez, los tres jóvenes que estaban delante de mí, tuvieron una charla poco común. No fue sobre la peda del fin de semana, ni las hazañas en el antro, o con quién salió fulanita. Los chavos, de no más de 30 años, hablaban de ¡política! Uno de ellos, con sombrero tejano y bota picuda, andaba muy “xochilover”. Otro, flaco con gorra y mezclilla deslavada, era decididamente moreno y morenista. Y el tercero, gordito cervecero con bermudas floridas y en chanclas, güerito pero también morenista. Yo no tuve más remedio que escuchar su minidebate. El “vaquero” decía que AMLO es corrupto, que es narco porque saludó a la mamá de “El Chapo”, que los medios acosan a Bertha Xóchitl, que la quieren hacer pasar por mentirosa, que no es tonta porque es ingeniera, que será la primera presidente con origen indígena. Bastante desinformado el joven. Presidentes mujeres no hemos tenido, pero con origen indígena en un país de mestizos, muchos. Olvidó a tres bastante famosos: Benito Juárez (zapoteco), Porfirio Díaz (mixteco), y el mestizo afrodescendiente, Vicente Guerrero. El joven moreno dijo que Bertha es “puro desmadre” y “puras mentiras”, que los partidos que la apoyan son “puras ratas”. Que a él una vez le pagaron por echarle porras a un candidato del PRI, y que cuando ganó no lo volvieron a ver. El güerito expresó su desprecio por Bertha en términos no muy finos, le dijo al vaquero que también él debe ser narco porque su primo “vende mierda”, y agregó que su mamá recibe una pensión del gobierno, y su hermana recibe también apoyo en sus estudios, en cambio él tuvo que trabajar desde secundaria para poder estudiar, y remató diciendo que él también quiso ser ingeniero, pero no pudo pagarse más que una carrera técnica.
El cruce de argumentos entre los tres muchachos era muy flojo. Todos expuestos a mucha desinformación, pero al menos los dos morenistas usaron un método para evaluar los datos, rudimentario e impreciso pero efectivo: la experiencia. El vaquero, en cambio, argumentaba como si recitara el catecismo, ¡pura fe! Seguramente la anécdota no define todos los casos. Lo que es interesante es que se susciten ese tipo de debates entre jóvenes y que, además, no terminaran a mentadas, ni a golpes, ni con denuncias ante TRIFE o SCJN, donde o se dictamina por intereses o con un tanteómetro sofista, no necesariamente por las leyes. Estos rangos de edad llevados a las listas nominales del INE deben cambiar el estilo de las campañas. Como santo Tomás Dídimo, los jóvenes tienden a rechazar aquello que no pueda ser procesado por su inteligencia.
Sí, aunque la derecha, obesa ahora que devoró al ambidiestro PRI y a la izquierda manca del PRD, descalifique la inteligencia popular cuando no le favorece, sí hay inteligencia en el pueblo.
Son tiempos distintos. Ahora, hasta el más modesto jornalero ha tenido acceso aunque sea a un mínimo de educación. Y si hubo y hay carencias en nuestro modelo educativo, la inteligencia, que es natural al ser humano, intenta siempre ampliar la formación, es una cuestión de supervivencia. Eso es suficiente para quitarle lo doradito a las píldoras de mentiras que nos quieren endilgar todos los partidos, pero sobre todo el frente cardiaco, que se ha vuelto experto en mentir, y en hacerlo con cinismo e impunidad. Creo que no han calibrado bien el método. ¿Saben lo que siente una persona cuando se da cuenta de que le están mintiendo? Podrá no reaccionar en el acto, pero, créanme, en algún momento lo hará. Para empezar, así sea verdad todo lo que diga después el mentiroso, nadie le creerá. Ni las “hipnóticas” mañaneras lo impedirían.
Los mexicanos “más mayorcitos” conservamos una atávica desconfianza hacia Estados Unidos, y creo que los jóvenes guardan algún rescoldo. Si alguna duda tuvieran, será disipada por la tournée de Bertha en el gabacho gringo. Ningún mexicano con un mínimo de patriotismo en el ADN, será capaz de humillarse ante Estados Unidos. El mexicano que lo hiciere sólo recibirá el desprecio de sus compatriotas. A los mexicanos no nos agrada usar la palabra “traidor” más que como leitmotiv en los corridos, pero en este caso sí podríamos hacer una excepción. Así se resume el resultado de la gira de Bertha y su troupe de saltimbanquis. No se trata de ideología, se trata de idiosincrasia. Hasta el mismísimo santo patrón de la derecha, Porfirio Díaz, tuvo sus resquemores hacia Washington. Y habrá que recordar la frase del ilustre lampacense, Nemesio García Naranjo, reaccionario porfirista y huertista, que escribió: “Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos”. Ninguno de los tres jóvenes de la taquería entenderían plenamente lo que sucedió en ese viaje, pero dos de ellos reaccionarían por puro instinto de conservación. Las noticias, así sean las que pretendan glorificar la gira, no tienen oportunidad de convencer. La razón es simple: las elecciones serán en México, nadie tiene derecho a interferir. Además, sabemos que aunque no se le solicite, Estados Unidos siempre está vigilante y acechante en las elecciones en otros países, y aunque no se le pida, intervendrá incluso militarmente si eso conviene a sus intereses.
Ahora la tournée de Bertha se dirige al gabacho español. Todos sabemos que en España están Salinas (ahora un agualegüense tan castizo como la malagueña salerosa), Calderón (solazándose en la patria del orujo y ¡dando clases!) y eventualmente Peña (abanicándose con su “visa dorada”). Ninguno de ellos ganaría una elección en México; un calabozo, tal vez. Tres mosqueteros de la corrupción, la represión y el despojo. Agreguemos a un “D’Artagnan” García embotellado en Estados Unidos en un proceso por su relación con el narcotráfico; un proceso que sí está abierto, sí está vigente, y sí cuenta con pruebas. Esta vez Bertha no necesitaría cargar con su guardia pretoriana, ese selecto contingente, el más “numeroso” grupo de manifestantes reales a su favor en Estados Unidos. La troupe puede descansar.
Para empezar, en España sí hablan español, no tendrá necesidad de fingirse políglota. Supongo que evitará confrontarse con hablantes de gallego, catalán o euskera.
Aunque siempre podría salir al paso saltando, riendo, o enviándoles un clon. Tendrá bastante cartel con Vox, empresas como Iberdrola, e instituciones de la derecha española, tan queridas por la derecha mexicana, como la escuelita de Aznar. Bertha Xóchitl estará en su elemento. Hasta podría, en un acto conmovedor, llevar un ramo de flores a la tumba de El Caudillo. Todo pinta bien para la tournée española. Pero me pregunto cómo se verá desde México, cómo lo verán los electores mexicanos. Se podría justificar precariamente que viaje a Estados Unidos, o a Canadá, por las relaciones económicas y problemas sociales compartidos. Pero ¿y a España por qué? ¿Qué va a ofrecer a España? ¿Resucitar la Colonia? ¿Pedirá que se le nombre virreina de México? Y si para los analistas reales o pretensos ese viaje no tiene mucho sentido, para los tres jóvenes de la taquería no tiene ninguno. ¿Necesita velar armas y ser nombrada caballeresca dama por tres presidenciales molinos de viento y de carne asentados en la Madre Patria? Dicho sea con perdón por mi acceso de conspiracionismo, pero todo esto me huela a un complot, una maquinación para viciar las elecciones, violentarlas, y de paso crucificar al “mesías tropical” en una ceiba. Para hacer esto, el frente cardiaco tendría en México sólo el respaldo de medios afines o “afinados”, comentócratas y el corrupto Poder Judicial, todos ellos premiados con el descrédito y el repudio popular.
No sé si en otros países los jóvenes hablan de política en las filas de los puestos de tacos, o de lo que coman ellos. Tampoco sé si se interesan por la política como insólitamente he visto aquí en México en algunos jóvenes además de los de la taquería (espero que sea en todos). Pero la tournée y la troupe de Bertha Xóchitl en Estados Unidos no debieron pasar desapercibidas en todo el mundo. Estamos hablando de elecciones en un país que ha escalado posiciones en la economía mundial, un país que en pocos años y a pesar de la pandemia, se volvió estratégico económica, política y socialmente. Estoy seguro que en muchos países del orbe siguen de cerca los acontecimientos y, sobre todo, el viaje de Bertha a EEUU. Todos saben lo que significa para cualquier país la intromisión gringa. Lo están viendo en Sudamérica. Y estoy convencido que desde ya están previniéndose para una contingencia. A ningún país le conviene enrarecer el proceso electoral en México, ni a ningún inversionista. Con Estados Unidos, y ahora con España, Bertha está logrando algo sin proponérselo. Pide “observadores”, y lo está consiguiendo. Pero me temo que ahora en el mundo la están “observando” a ella. Si la dinámica nacional de esta oposición vesánica, y el guion estadounidense es imponer percepciones, en la economía y geopolítica se evalúan datos duros. ¿Cuajarán esos datos en el gelatinoso discurso de Bertha? Y, como yo, en más de un país se estarán preguntando: ¿Para qué a España?
PD: Los tacos estaban muy buenos. Los de chilitos rellenos sobre todo, aunque los de barbacoa de jeta estaban un poco secos. Los tres jóvenes “politólogos” de ocasión, no iban cada uno por su cuenta. Se fueron juntos, con un solo paquete de tres órdenes de tacos “para llevar”. Supongo que almorzaron juntos, y supongo que continuaron su debate político sin mayores desavenencias que el desacuerdo. Un excelente ejemplo contra el frenesí salvaje de los “políticos” y comentócratas, y un parámetro exacto de lo que es en verdad la inteligencia.
