Por Félix Cortés Camarillo
Claudia la heredera. Dice la candidata del poder a sucederlo, doña Claudia Scheinbaum, que en marzo uno dará a conocer su programa de gobierno; en su discurso de ayer domingo fue más que explícita en lo que a los mexicanos nos espera.
Hay muy pocas cosas sobre las cuales me siento poco sólido en mis presunciones. Comparto una: Xóchtil Gálvez no va a ganar la presidencia de la república: aunque su perfil sea más sólido que la de Claudia, en el transcurso se ha tropezado con impertinencias estratégicas y del equipo que le descalifican.
Pero puede que sí. Que el creciente desprestigio de Claudia revierta lo que dicen las encuestas a la orden.
Comparto otra incertidumbre: Claudia ganará por escaso margen y se convertirá en la heredera. ¿Sabrá ella de qué es la herencia? De mis presunciones firmes en las sucesiones presidenciales persiste la mayor: todos somos así pero no somos iguales. Todo cambia para el presidente cuando le ponen la banda tricolor en el pecho. Y así será.
Ayer, la heredera del trono hizo un listado de sus principios políticos y sociales. Quince, según dijo. Si los volvemos a leer –que no hace falta- son casi las mismas veinte propuestas de reformas constitucionales que Andrés Manuel anunció el cinco de febrero, a quien llamo el Super Presidente de todos los tiempos. Algo así como que lo indios y los negros tengan trato privilegiado sobre los otros mexicanos. O que todos tengamos derecho a la educación y la vivienda, y el trabajo, y la salud, cosa que hace rato doña Constitución tiene en su texto. Y, claro que suban los salarios, las pensiones, las becas y los calzones.
Ahora, hay que notar que en los quince puntos de su anticipo de programa no aparece el atentado al pudor que es la reforma electoral para desaparecer el INE ni la babosada de elegir a los jueces y magistrados por mano alzada para que el narco entre de llano al mando, como le dejó en su estamento su patroncito.
La candidata Scheinbaum tiene un amplio margen , dado el apoyo de todo tipo que le está dejando el gobierno de su compadre.
PARA LA MAÑANERA (Porque no me dejan entrar sin tapabocas): Ahora lo único que nos falta es que el Mago de los Sueños, Martí Batres, determine con autoridad estadística el número de personas que acudieron al Zócalo ayer. ¿Dirá ocho mil o diez mil personas? En un gran ejercicio democrático que a mí me enorgullece.
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