Por Félix Cortés Camarillo
Aunque pueda resultarnos molesto, no debiera asustarnos tanto del grafiteo que en paredes públicas manos inquietas, cuyo vigor e inquietud envidio por su juventud, siguen haciendo hoy en día: manos iguales lo hacían antes de que el hombre inventara las otras magnas formas de expresión y comunidad, como la música y la escritura, en ese orden.
No se nos olvide que, en las cuevas de Altamira, o las de San Ignacio en la Baja California, nuestros ancestros solamente querían dejar testimonio de su vida, de su paso fugaz por el mundo, llamar la atención sobre su existencia. Que a fin de cuenta es lo que buscamos todos, de cualquier manera, comenzando por la procreación de vástagos.
Hoy tendrá lugar una marcha en conmemoración del día internacional de la Mujer. Como resonancia de lo que sucedió ayer en Palacio Nacional, con una puerta rota y los consecuentes gráficos, el presidente López adelantó que espera agresiones, pintarrajeadas y agresiones a su casa, por “infiltrados” entre los padres de los desaparecidos de Ayotzinapa que lo único que pedían es tener un encuentro con el presidente.
Lopitos dijo que no va caer en una provocación y que va a tener –en quince o veinte días– un encuentro con los padres ofendidos cuya demanda es “muy justa”. Yo también creo, como el presidente, que no había 43 padres y madres de los normalistas acampados frente a Palacio. Pero uno solo que fuera, merece atención. También señaló –y es cierto– que en la agresión a la puerta hubo encapuchados que ya se han hecho presentes en otras agresivas manifestaciones. Cosa que debería el dueño –bueno, inquilino– del inmueble debiera investigar con la autoridad y medios que tiene a su disposición.
Él dijo que fueron dos o tres padres de los desaparecidos. Seguramente él sabe más que yo. Lo indudable es que tiene la autoridad para reservarse el derecho de admisión al encuentro con los padres ofendidos. Pueden venir, pero sin sus abogados ni sus asesores, porque el Presidente López “no les tiene confianza”.
La cereza de este ridículo pastel es el compromiso de que “los servidores públicos” van a pagar la reparación de la puerta de Palacio Nacional.
PARA LA MAÑANERA (Porque no me dejan entrar sin tapabocas): Nuevamente un mensaje de respeto, amor y gratitud a la mejor mitad de la humanidad, las mujeres. Ojalá que hoy viernes reciban un enganche y muchos abonos del cariño que merecen, desde mi primera madre hasta la última de mis nietas. Amadas mujeres mías, de todo corazón les deseo que sean felices. Al final día el presidente López dice que ya son tres veces.
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