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¿Canibalismo? Entre el mito, los Andes y el narcotráfico

De Hannibal Lecter, a videos en los que supuestamente se capta a personas consumiendo carne humana en Haití, el canibalismo es un acto que se mantiene navegando entre la realidad y la ficción; publica MILENIO.

Y es que, a lo largo del tiempo se han logrado documentar casos de este tipo de práctica, mejor conocido en el mundo de la ciencia como antropofagia, sin embargo, así como existen hechos estudiados, con frecuencia se han utilizado acusaciones de canibalismo para sostener un mito, como acusó en su momento el antropólogo William Arens.

En el ámbito de la ciencia, se considera que existen diferentes razones por las que una persona devora a otra: la primera, motivada por una cuestión nutricional/gastronómica, la segunda como parte de rituales y otra más asociada a circunstancias patológicas, como explica un artículo publicado en la revista de Ciencias Forense Medicina y Patología (2023). Aquí algunos de los casos que ejemplifican lo que hay detrás de ellos.

¿Y si todos somos caníbales?

Claude Lévi-Strauss​, una de las grandes figuras de la antropología en la segunda mitad del siglo XX, argumentó que todos somos caníbales de una forma u otra, ya sea que consumamos humanos a través de nuestros paladares, los inyectemos, los insertemos como trasplantes o los injertemos en el cuerpo.

Esta idea desafía los conceptos tradicionales y sugiere que el concepto de caníbal es una parte integral de la humanidad.El célebre antropólogo parte de la premisa de Montaigne según la cual “cada uno llama barbarie a aquello que no forma parte de sus usos”.

La sociedad de la Nieve y el canibalismo como supervivencia

El canibalismo nutricional es cuando las personas se comen a otras para sobrevivir. Esto ha ocurrido a lo largo de la historia en situaciones extremas, como naufragios, accidentes o guerras.

Por ejemplo, cuando los supervivientes de un naufragio se quedan sin alimentos, pueden llegar a comerse los cuerpos de los que ya han muerto, a esto se conoce como necrocanibalismo. En casos más extremos, pueden llegar a matar a otros supervivientes para alimentarse, dicha práctica recibe el nombre de canibalismo homicida, según explica Roger W.Byard, investigador de la Facultad de Biomedicina, Universidad de Adelaida.

Dos casos famosos que ilustran este tipo de canibalismo son el del naufragio de la fragata francesa Méduse en 1816 y aquel que inspiró a la película de la Sociedad de la Nieve.

En el primero, de los 147 pasajeros y tripulantes que iban en una balsa, sólo 15 sobrevivieron, y se cree que recurrieron al canibalismo para lograrlo.

En 1972, el vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya se estrelló en los Andes. A bordo iban miembros de un equipo de fútbol escolar y otros pasajeros. El accidente los dejó varados en la montaña, a gran altura y sin alimentos.

Después de 72 días en estas condiciones extremas, fueron rescatados. Se ha señalado que para resistir con vida durante ese tiempo, tuvieron que tomar medidas extremas: alimentarse de los cuerpos de los que habían muerto en el accidente.

A estos se suman otros más, como el del grupo de colonos Donner que intentó cruzar las montañas de Sierra Nevada en la década de 1840 y terminó devorándose entre sí.

Las guerras también han influido en la antropofagia, de acuerdo con documentos históricos: los prisioneros de guerra alemanes recurrieron al canibalismo después de la caída de Stalingrado en la Segunda Guerra Mundial.

​Canibalismo medicinal

En los siglos XVI y XVII en Europa, se utilizaban remedios que contenían tejidos y sangre humanos con fines médicos. Los remedios podían incluir sangre humana, grasa y huesos que se obtenían de tumbas recientes o de momias egipcias.

Por ejemplo, Carlos II tomaba un remedio conocido como ‘Kings Drops’ que contenía huesos de cráneos humanos en alcohol. Además, se usaba el musgo que crecía sobre un cráneo enterrado para tratar la epilepsia y las hemorragias nasales. Paracelso, un famoso médico y alquimista de la época, consideraba que beber sangre tenía propiedades terapéuticas.

La Encyclopaedia Britannica de 1797 menciona que había dos sustancias preferidas para la medicina bajo el nombre de «momia». Una era la carne seca de los cuerpos humanos, que se embalsamaba con mirra y especias. La otra era un líquido que se obtenía de las momias. Estas prácticas reflejan las creencias médicas de la época, aunque hoy en día pueden parecer extrañas o incluso perturbadoras.

Los rituales

“El canibalismo ritual ocurre en grupos tribales donde los sistemas de creencias o religiones pueden requerir el sacrificio y la ingestión de una víctima, o el consumo de lo que ya está muerto”, explica Roger W.Byard en su artículo Cannibalism—overview and medicolegal issues.

En el texto se destaca que “si bien los primeros relatos españoles sobre los sacrificios aztecas seguidos de canibalismo han sido criticados por su sesgo etnocéntrico”, existe información recabada por investigadores, que refleja que el canibalismo fue practicado en mesoamerica.

En octubre de 2015, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) dio a conocer sus hallazgos, esto luego de investigar por varios meses unas ruinas ubicadas cerca de la Ciudad de México, mismas que pertenecieron a los habitantes de Tecoaque, aliados de los aztecas.

Los rastros de la construcción mostraron que los acolhuas tuvieron que rehacer la zona de Zultépec para albergar a prisioneros españoles, según explicó el arqueólogo Enrique Martínez en un comunicado.

En él se detalló que los habitantes de dicho poblado llegaron a alimentarse de los prisioneros, además de utilizarlos para sacrificios, puesto que los esqueletos de los europeos capturados fueron despedazados y presentaban marcas de cortadas que indican que la carne fue arrancada de los huesos.

La acción tuvo como respuesta la venganza de los españoles: Hernán Cortés le ordenó a Gonzalo de Sandoval que destruyera el poblado en venganza, fue así como terminaron masacrando cruelmente a mujeres y niños mexicas, según lo revelado por las investigaciones del INAH.

Asesinos seriales

Si bien este comportamiento es raro, ha llegado a ocurrir, muestra de ello son los casos de Jeffery Dahmer en Estados Unidos o Armin Meiwes en Alemania: se descubrió que consumían partes de sus víctimas.

De acuerdo con el profesor emérito y patólogo forense especialista senior en Forensic Science en AdelaidaAustraliaRoger Byard, detrás de estas prácticas hay una explicación patológica.

“Las personas que participan en tales prácticas suelen tener enfermedades mentales graves o sufrir una parafilia importante. Lo mismo se aplica a quienes sufren de vampirismo clínico en el que beben sangre humana, generalmente de una víctima fallecida o moribunda”.

Narcosatánicos y el CJNG

En 2022, el escritor y antropólogo social Claudio Lomnitz aseguró que en México “se vive una cuarta variante de canibalismo”, misma que estaría en manos de organizaciones criminales que operan en el país.

Durante su conferencia El canibalismo (segunda parte), organizada por El Colegio de México explicó que las organizaciones criminales en México utilizan el canibalismo para intentar “desdibujar las diferencias entre los malos y los buenos, entre lo criminal y lo legal”.

En un primer momento, los grupos criminales mexicanos hicieron uso de la antrofagia para llevar a cabo ritos, muestra de ellos fue la secta de los narcosatánicos, quienes combinaron el esoterismo, lo mítico y tab para, según el investigador, para afianzar “las relaciones de lealtad, el pacto de silencio al interior de la organización” por medio de la carne de sus víctimas.

Posteriormente, se le dio un segundo papel: un acto de reclutamiento, periodo protagonizado especialmente por Nazario Moreno, líder de cárteles como Los Caballeros Templarios La Familia Michoacana, quien como prueba obligaba a los nuevos integrantes a sacar y probar el corazón de sus víctimas, según narran versiones documentadas.

La tercera etapa se da como “acto de terrorismo” que pasa al canibalismo al plano de la ostentación: si antes se ocultaba esta práctica, ahora se presume.

“El caso más sonado sucedió apenas en enero de este año durante la guerra que libran el Cártel de Sinaloa con Jalisco Nueva Generación (CJNG) por el control de Zacatecas, cuando un soldado del cártel de Jalisco le abrió el pecho a un soldado enemigo para arrancarle el corazón y darle un mordisco frente a una cámara”, comentó durante su ponencia en 2022.

Finalmente, la cuarta variante se desarrolla actualmente, en las llamadas “zonas de silencio”, donde el crimen organizado ha logrado interrumpir la comunicación pública sobre lo que sucede localmente.

Para ejemplificar, el antropólogo recordó la historia Ovidio Limón Sánchez, quien habría atestiguado y sido partícipe de una fiesta navideña ofrecida por Heriberto Lazcano “El Lazca”, líder de Los Zetas.

Según lo expresado, el hombre ofreció a los comensales pozole y tamales elaborados con la carne humana, específicamente de tres rivales que habrían participado en el robo de un camión de cocaína.

“No fueron asesinadas en un ritual, pero fueron preparadas para servir de alimento, se les dio whisky para relajarlos y se les dio un tiro subrepticio para que no generarán adrenalina. Ya no se usa un órgano, sino que se usa carne con criterio de carnicero, de manera que la carne humana está siendo disfrazada (…) el asesinato queda entonces como un componente del lujo”.

“El canibalismo ya no es una prueba de lealtad que requiera un sometimiento abyecto al jefe, sino un acto que sirve para celebrar una alianza”, señaló.

Así, la última variante del nuevo canibalismo sirve entonces para sellar la alianza de la sociedad secreta y la sociedad, propone Lomnitz.

Canibalismo y el mito

El antropólogo William Arens acusó  (en 1979) que las supuesta pruebas de canibalismo practicado en grupos como los hurones y los iroqueses de América del Norte; los ashanti de África occidental y los maoríes de Nueva Zelanda, se basaban en “tergiversaciones” por parte de misioneros y exploradores “que se esforzaban en marginar a los pueblos conquistados y afirmar una superioridad cultural”.

En Europa los romanos llegaron a acusar a los británicos de comer carne humana, a su vez los británicos señalaron a los irlandeses de esta misma práctica.

Además, según la antropóloga Shirley Lindenbaum, los primeros relatos de canibalismo en África especialmente a los ‘Niam-Niam’ “estereotipos racistas del pueblo centroafricano que fueron representados en fuentes árabes medievales”, como explica en la primera edición de The Cambridge Encyclopedia of Anthropology .

“Evans-Pritchard (…) concluyó que el canibalismo azande en realidad no había estado muy extendido y que, si ocurrió, no tenía significado cultural sino que estaba impulsado por el hambre y el gusto por la carne”, señala la especialista.

Apenas el año pasado se discutió el hallazgo de un estudio en Scientific Report, mismo que causó controversia al afirmar que un fragmento de hueso de 1,45 millones de años de antigüedad, encontrado en Kenia hace 53 años, mostraba que los antiguos antepasados humanos no solo mataban a los de su propia especie, sino que probablemente también se los comían.

Según Briana Pobiner, la autora principal del estudio y paleoantropóloga del Museo Nacional de Historia Natural del Smithsonian, la información que recabada a partir del análisis de ese hueso sugiere las marcas detectadas en él coincidían con el tipo de daño que podría ser causado por una herramienta, como si se tratase de daños causados por los cortes de un carnicero.

Sin embargo, más de un colega alegó o rechazó la propuesta, pues pese a las marcas, no se podía confirmar que realmente la carne había sido consumida, por ejemplo, Tim D. White, paleoantropólogo de la Universidad de CaliforniaBerkeley, acusó que se trataba de ‘clickbait’, y comentó a The New York Times que “la simple presencia de rasguños ambiguos en un hueso fósil aislado no es evidencia suficiente de canibalismo”.

Imagen portada: Especial | MILENIO

Fuente:

// Con información de Milenio

Vía / Autor:

// Staff

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Autor: lostubos
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