Por José Jaime Ruiz
La mayor certeza: lo único en que somos iguales es en que somos diferentes; el principio de la diversidad para alcanzar la igualdad. Hace días Martha Patricia Herrera González decidió dejar la Secretaría de Igualdad e Inclusión para registrarse como candidata de Movimiento Ciudadano al Senado de la República y, así, trasladar los aciertos sociales del Gobierno de Nuevo León a México. La apuesta de Martha Patricia no es menor.
“Una pieza fundamental en la construcción del Nuevo León al que aspiramos consiste en incluir para ser iguales. La igualdad refiere al conjunto de valores expresados en normas jurídicas que buscan garantizar las necesidades básicas que tienen las personas para vivir con dignidad, reconociendo la diversidad de culturas, identidades y perspectivas a partir de las diferencias individuales y grupales. Por otro lado, la inclusión implica, por supuesto, hacer visibles a las personas que, a fuerza de ser discriminadas, pasan desapercibidas para el resto de la sociedad” (“Incluyéndonos. Agendas participativas de la Comisión de la Inclusión y no discriminación”. Gobierno del Estado de Nuevo León).
Para conocer hay que reconocer… lo multicultural, lo intercultural, lo multiétnico. Toda política en movimiento es emergente para gestionar la coexistencia, la inclusión y la diversidad. Formas distintas de producción de pensamiento, cierto, de producción de conocimiento, más que nuevos paradigmas, “paradigmas otros”: “la posibilidad misma de hablar sobre mundos y conocimientos de otro modo”. Lo intuyó el poeta Paul Éluard: “Hay otros mundos, pero están en éste. Hay otras vidas, pero están en ti”.
En el fondo, el “paradigma otro” tiene una fuerte raigambre en el relato por instaurar la sociedad fundada en la fraternidad, la inclusión y la isonomía de equidad entre los ciudadanos donde la igualdad y el respeto a las diferencias priven socialmente más allá de cualquier moda política o social contingente, se trata pues, de estructura, se trata de un largo aliento. Al escribir sobre Derrida, lo manifestó Enrique Dussel: “La fraternidad (de la phratría) se funda en una ‘igualdad de nacimiento’ (isogonía), por ‘igualdad de naturaleza’ (katá phúsin) lo que determina la ‘igualdad según la ley’ (isonomía katá nómon). La philía de la indicada isonomía es la amistad política, la fraternidad, que se liga a la demokratía”.
“Voy por temas específicos que abonan a la infancia, a las mujeres, a las juventudes, y a todas las personas que históricamente han sido vulneradas… Por eso voy a defender a las mujeres y obviamente esto es un tema que he estado defendiendo desde antes de llegar al servicio público, y obviamente desde aquí yo soy una beneficiaria de aquellas mujeres que lucharon por nosotras”, comentó Martha Herrera en una entrevista con Telediario sobre sus propuestas para el Senado.
Y se sabe lista para asumir esas tareas: “»Por supuesto, yo lo sé, sé que esto no es fácil, pero soy una mujer de retos, de desafíos. Lo mismo me decían cuando me ofrecieron la Secretaría de Desarrollo Social, que convertimos ese gran desafío, que lo transformamos y en dos años pudimos reducir la pobreza extrema a la mitad».
El gran reto de México y el mundo es abatir la desigualdad. La ley consagra la igualdad y la igualdad política donde no cabe jerarquizar procesos de exclusión o de subalternidad, palabras graves al diccionario de la diversidad. En efecto, el fundamento de la democracia tiene que ver con la libertad fundada en la igualdad (Aristóteles). Y, por eso, “la isonomía es la expresión de un tipo de gobierno en que la soberanía reside en la mayoría, en un gobierno donde todos gozan de libertad (eleutheria), debido a que la ley consagró la igualdad política”.
Como recuerda Zygmunt Bauman: “La sociedad en un Estado social se fundamenta en el principio de la inclusión. En el Estado de la seguridad sucede lo contrario, pues se basa en la exclusión de la sociedad por medio de castigo e internamiento. La industria de la seguridad es la responsable de la eliminación de los residuos humanos”. Lo único en que somos iguales es en que somos diferentes y nunca residuales. Martha Patricia Herrera González va al Senado y esa es una gran noticia.