Por José Jaime Ruiz
“Inquietante descalificación de Claudia Sheinbaum sobre Manuel López San Martín, una de las dos personas moderadoras del primer debate presidencial”, asegura Ricardo Raphael. Federico Bonasso responde: “Lo que es inquietante es López San Martín mismo. Fanático vestido de periodista. O vocero vestido de fanático. En todo caso un peligro para el derecho a la información. El debate exige otra categoría de moderador”.
Para Ricardo Raphael, según publicó en Milenio, “la candidata del oficialismo cuestionó el nombramiento que López San Martín obtuvo por parte del INE para ser uno de los dos moderadores del primer debate presidencial. Ciertamente fue demasiado lejos al poner en tela de juicio la imparcialidad del periodista por este motivo”. ¿Cuál motivo?
Claudia Sheinbaum cuestionó la actitud contra Hugo López-Gatell de uno de los moderadores del primer debate: “No me pareció esta denostación a una persona. Puedes no estar de acuerdo, pero esta denostación que se hace y luego querer ser imparcial en un debate, sí es importante que se revise. De todas maneras, vamos a ganar el debate, aunque él sea el moderador”.
Tanto Raphael como Sheinbaum se equivocan. Lo de López-Gatell es un asunto menor; además de cuestionar su incuestionable parcialidad, hay que ir al fondo: Manuel López San Martín, en primer lugar, no es un periodista, es un desinformador al servicio de Ricardo Salinas Pliego y cercano a la candidata de la oligarquía corrupta, Xóchitl Gálvez, lo cual le impide moderar el próximo debate presidencial.
López San Martín es la trampa tendida de Salinas Pliego y Claudio X./óchitl en contra de Claudia Sheinbaum. Es un insulto a los ciudadanos que un inmoderado desinformador modere el debate.
López San Martín se defiende: “López-Gatell NO es candidato a cargo alguno ni forma parte del equipo de campaña de candidatura alguna”. Y tiene razón, pero ESE no es el motivo central para que no modere el debate. Está imposibilitado política, electoral, periodística y moralmente, ya que el empleado de Ricardo Salinas Pliego juega un papel político contra la 4T como desinformador y manipulador para favorecer no a las audiencias ciudadanas sino a los intereses políticos y económicos de su patrón; el INE peca de inequidad en la estructuración del debate; quien ideológicamente está en contra de la Cuarta Transformación carece de imparcialidad para llevar a cabo un evento deliberativo. Más aún, su cercanía amistosa con Xóchitl Gálvez (fue invitada a su boda) le impediría moralmente presentarse al debate.
Azuzado por su dueño, Salinas Pliego (“No me voy a doblar”), López San Martín se envalentona: “No me voy a bajar”. Y postea: “El debate debe ser un ejercicio de contraste de ideas, propuestas y visiones, donde luzcan las candidaturas, no los moderadores”. En el pre-debate, no obstante, el desinformador trata de lucirse dando entrevistas inmoderadas y usando los espacios de sus cómplices desinformadores, como el de Azucena Uresti y Ciro Gómez Leyva.
La Inquisición Nacional Electoral (INE), de entrada, no proporciona equidad en la contienda. Lo destacó Sheinbaum: “hay cosas que no me explico; cuando se pide por parte de Morena que revisen la guerra sucia, los bots que son comprados desde el extranjero, donde hay pruebas en la red X, dicen que no se tiene que investigar. Y a una petición del PAN que dice que en La Hora Nacional se está difundiendo algo, entonces sí de inmediato se contesta. El INE tiene que revisar una como otra cosa. Nadie está diciendo que no revise las quejas, pero hay que ser parejo”.
La Inquisición Nacional Electoral (INE) no es pareja, inclusive ya le impidió a AMLO hablar de “oligarquía corrupta”. Ahí está el desinformador apestado del dueño de TVAzteca, Manuel López San Martín -y amigo de Xóchitl, quien lo considera un “conductor de prestigio”- sublimado a moderador de un debate presidencial, no hay piso parejo. Ricardo Salinas Pliego pretende secuestrar el evento y descarrilar la candidatura de Claudia Sheinbaum y, hasta ahora, el INE avala la trampa.
