Por José Jaime Ruiz
Ellos hacen guerra sucia, verdaderamente sucia, siguiendo la recomendación de Jorge Castañeda. Cumplido el Plan C el día de las elecciones con el voto masivo por la 4T, la democratización del Poder Judicial traerá, por consecuencia, otra etapa juarista: justicia y gracia para los amigos; para los adversarios, la ley a secas. Ni venganza ni revancha contra los agravios, simplemente justicia plena… y expedita.
La persecución política en contra del ministro retirado, Arturo Zaldívar, escala el lawfare en contra de la candidata de la 4T, Claudia Sheinbaum, y contra el presidente Andrés Manuel López Obrador. Zaldívar no es cualquier personaje en la campaña de Sheinbaum, es uno de los voceros principales de la campaña, junto a Gerardo Fernández Noroña, Tatiana Clouthier, Epigmenio Ibarra y Rafael Barajas, el Fisgón, además de ser uno de los coordinadores de los Diálogos por la Transformación.
En los estertores de su supremacía, el Cártel de la Toga se ha dedicado a avalar la salida judicial de miembros de la delincuencia organizada, de los delincuentes de cuello blanco (Juan Collado y Ricardo Salinas Pliego), así como proteger a autores de crímenes de Estado (Jesús Murillo Karam). Jueces y magistrados se enriquecen con sus sentencias en su muy particular Año de Hidalgo: chingue su madre el que deje algo.
La persecución política en contra de Arturo Zaldívar es la respuesta al dictado de Claudio X. González para cambiar la conversación del posdebate en redes sociales y medios de comunicación tradicionales.
Xóchitl Gálvez fue arrasada y arrastrada en el predebate, el debate y el posdebate.
Por eso tratan de equiparar la corrupta casa roja de Xóchitl y el Cártel Inmobiliario con los Panama Papers, donde Sheinbaum nada tiene que ver. La supina pendejez sistémica de Xóchitl los colapsa. Después del debate, Sheinbaum afianzó la diferencia de puntos porcentuales; en el posdebate, Gálvez la volvió a cagar con su injuria a los desposeídos adultos mayores al señalarlos por no contar con un patrimonio, como el de ella, fundado en la convicción de que quien no transa, no avanza.
El “narcopresidente” y “narcocandidata” no les funcionó, los Panama Papers, tampoco, mucho menos extinguir las mañaneras o la campaña del INE acerca de los programas sociales. En el control de daños para evitar la caída en picada de Xóchitl, la oligarquía gerenciada por Claudio X. González, desde el anonimato, pero con la mano negra, la que mece la cuna, de Norma Piña, se lanzan en contra de Arturo Zaldívar y pretenden cambiar la conversación.
El uso político de la Suprema Corte en contra de Sheinbaum y la 4T tendrá consecuencias cuando entre en funciones el Plan C. Y si se aplica la ley a secas, la cárcel le espera a Norma Piña y su Cártel de la Toga. Pa’l baile vamos…
