Por José Jaime Ruiz
La barbarización electoral se pretende rosa, en realidad es marrón. Una máscara rosada jamás abolirá la podredumbre política de la simulación, del engaño; máscara rosada de una ciudadanización inexistente. El gerente de la oligarquía, Claudio X. González, pinta de rosa “ciudadano” la abominación ideológica llamada PRIAN; se apropia del rosa del INE y lo “defiende”, ese instituto privatizado por Lorenzo Córdova, Ciro Murayama y sus actuales herederos; Claudio X. pinta de rosa a la Suprema Corte de Justicia para que Norma Piña prosiga siendo servil a los intereses de los delincuentes de cuello blanco y a la delincuencia organizada; y hasta Latinus de Carlos Loret se robó los colores del INE.
En un ejercicio político-religioso de transubstanciación, de conversión de sustancia del PAN en la sustancia del PRI y de toda sustancia del PRI en sustancia de la sangre del PAN, Claudio X. ahora engaña con que su “sociedad civil” y el PRIAN son uno y lo mismo y convoca a otra concentración en el Zócalo encabezada por la ciudadana-candidata del PRI, del PAN y del PRD, Xóchitl Gálvez. Fuera máscaras, el amable color rosa deviene en un pútrido color marrón.
“Y la sensibilidad para el color es la forma más popular de sensibilidad estética” (G. Lukács), la amabilidad del color rosa empatiza, ¿pero qué tipo de “sensibilidad” provoca el color marrón? En la abominable paleta electoral: PRI, rojo; PAN, azul; PRD, amarillo. ¿Qué color resulta de esta mezcolanza?, el marrón. Obvio, si unimos los tres colores primarios: rojo, azul y amarillo, se obtiene el color marrón. Históricamente, “el marrón o pardo se asocia al nazismo por ser el color utilizado por las SA (Sturmabteilung o tropas de asalto en español) en sus camisas”.
¿De qué color son las heces del ser humano? Marrón: “El hígado secreta sales biliares en las heces, dándoles un color marrón normal”. El resultado de la mezcolanza de esos tres colores primarios (rojo PRI, azul PAN y amarillo PRD) es el color marrón. No, Claudio X. González, no, por más que te esfuerces lo tuyo y lo de tu candidata Xóchitl no es el color rosa, es el color marrón, es el color de la mierda. Y, así, de la marea rosa a la diarrea marrón próximamente en el Zócalo.
