Por José Jaime Ruiz
El dinero que yo gano, toditito te lo doy, canta Chava Flores. Pero el mexicano está obseso con las elecciones de junio 2 y centra su atención en el dilema de la primera mujer presidente del país, olvidándose de dos temas que son más importantes que la silla presidencial. Uno es la composición del Congreso que llegará junto con Xóchitl o Claudia; si los votos que obtenga Morena le cumplen su sueño a López de seguir transformando al país con un Congreso dominado por su pandilla para hacer una Constitución a su modo, estamos fritos.
En las campañas electorales todo es presunción; no hay realidad, todo son promesas. Las dos candidatas -el señor Maynez es un esquirol para venderle a la que pague los votos que obtenga- han coincidido en sus promesas. Ambas presumen, de manera especial, que los programas de asistencia social seguirán e incluso aumentarán sus dádivas. Eso, además de profundas medidas de desarrollo económico, de salud y de seguridad. Todos estamos de acuerdo con ello.
Yo simplemente pregunto, como dice el dicho popular: ¿con qué ojos, divina tuerta?
Cualquier de ellas que llegue a la presidencia de la república va a tener que enfrentar una tremenda deuda interna que “por motivos de seguridad nacional” el gobierno del cuatrote no va a revelar jamás: pero ya nos enteraremos. A fin de mantener la mezcla de obras espectaculares de alto costo y nulo rendimiento, Lopitos se ha ido comiendo la reserva nacional, aumentando la deuda. Impedido por sus promesas de emprender la indispensable reforma fiscal no aumentó impuestos. Hoy por hoy, a cada mexicano le toca una deuda de ciento veinte mil pesos. Cuando la presidente de México este otoño vea las arcas, ratificará lo que todos intuímos: no hay, no hay.
Me entero por mi periódico Milenio, en un trabajo que supongo hecho al alimón con el Financial Times, que el gobierno mexicano valora seriamente subirle los impuestos a los bancos sobre sus ganancias. Sería justo y necesario, como dicen en misa. A pesar de que Lopitos en la reciente convención bancaria acapulqueña frenó a su secretario de Hacienda cuando él estaba a punto de dar a conocer en una tabla lo que ha ganado cada uno de los bancos que operan en México, lo cierto es que, sólo el año pasado fueron 273 mil millones de pesos, gracias a las tasas de interés elevadas.
La banca “mexicana” se reduce a Banorte. BBVA, el principal banco en México, es español, lo mismo que Santander. BBVA obtuvo de su operación en México, casi la mitad de todas sus ganancias; Santander se llevó de aquí el 13 por ciento de sus utilidades mundiales. Banamex es propiedad de Citi, de los Estados Unidos. Para allá se va lo que gana.
En España, tanto BBVA como Santander pagan un impuesto especial sobre sus utilidades; la práctica es común en otros países europeos y sus bancos.
México, enlistado en la OCDE -que se supone son los pirruris de los países- ocupa el último lugar cuando de recaudación fiscal se mide: sólo recauda el 16.9% de su producto interno bruto, esto es de la riqueza toda del país. En una entrevista con el mencionado Times,que se publica en Londres, la candidata de López reconoció que existe la idea de gravar las utilidades de los bancos pero que eso se tratará y de eso se hablará luego el triunfo electoral. Ni el equipo de Scheinbaum ni la Secretaría de Hacienda quisieron pronunciarse para esta nota.
Por doloroso que sea, un cambio fiscal es inevitable para tapar el hoyo que dejará el cuatrote. Pero no se puede dañar aún más a las clases más castigadas, la media especialmente. Aplicar el IVA a medicinas y alimentos podría generar mayor recaudación pero menos aceptación popular. Pegarle al rico siempre generará aplauso.
Ya lo veremos.
(PARA LA MAÑANERA, porque no me dejan entrar sin tapabocas): Por angas o por mangas, Nuevo León ha tomado una relevancia especial en esta etapa electoral final. Por aquí anduvo Xóchitl, Claudia vino, habló con el capital grandote, comió y se regresó. El de Movimiento Ciudadano vino a pisar base con su padrino Samuel. Algo tenemos los norteños. Y los jaliscienses también. Y, sobre todo, los veracruzanos, a los que les quieren enjaretar una gobernadora peor que el actual. Si es que es posible. Y además, junto al Estado de México, Veracruz aporta más votos.