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Por Francisco Tijerina Elguezabal

“El hombre sabio no debe abstenerse de participar
en el gobierno del Estado, pues es un delito renunciar a ser útil
a los necesitados y un cobardía ceder el paso a los indignos”
Epicteto de Frigia

Llega la última semana de las campañas, la semana crucial en la que quienes por fin se convencen de que no tenían ninguna posibilidad de triunfo, hacen válida la frase ranchera de “De lo perdido, lo caido” y es entonces que “declinan” por algún contendiente de otro partido.

En todos los casos se hacen a un lado no como un ejercicio de ceder ante una evidente verdad, sino más bien con el propósito de buscar algún beneficio, por pequeño o mínimo que sea, a fin de rescatar algo de la derrota.

El problema está en que esas “declinaciones” no son reales. Los votos de los simpatizantes y militantes de sus partidos no pueden transferirse de manera automática a otro aspirante, no se tiene potestad sobre el voto de las personas y estas llegarán a la casilla y cruzarán el nombre del candidato que mejor les parezca, sin importar si su opción original haya declinado.

No se puede declinar, porque el nombre y el emblema del partido seguirán en la boleta. ¿Qué pasaría si un candidato “declinado” obtiene el mayor número de votos en la elección?

Simple, la autoridad electoral lo tendría que validar como triunfador, sin importar que públicamente haya dicho que se adhería a la campaña de otro contendiente y este último no podría reclamar para sí lo que en las urnas no obtuvo.

Por tanto las declinaciones son una vacilada. Un acto simbólico que no tiene validez alguna y que ensucia el proceso electoral.

Los arrepentidos pueden vender, cambiar, canjear, negociar, su declinación, pero lo cierto es que no sirve de maldita la cosa, como no sea para quienes públicamente renuncian a la contienda y que con ello obtienen alguna clase de beneficio.

Sería ideal el acabar de una vez por todas con estos teatritos que en nada abonan a nuestra democracia.

Fuente:

// Francisco Tijerina Elguezabal

Vía / Autor:

// Staff

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Autor: lostubos
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