El diseñador mexicano encuentra en el diseño coleccionable un enfoque que le permite explorar la relación emocional entre el objeto y el usuario
Con una trayectoria que trasciende su experiencia en Esrawe Studio, Federico Stefanovich ha encontrado en el diseño coleccionable un espacio para ejercer una mayor libertad creativa. Esta libertad se refleja en su nueva colección de luminarias, Folia, presentada en AGO Projects, la galería de diseño coleccionable con sede en Ciudad de México. La inspiración detrás de esta entrega viene de las formas orgánicas y geométricas que se encuentran en elementos orgánicos. Basándose en las características formales intrincadas de plantas, semillas y hongos, cada composición está hecha principalmente por un cuerpo similar a un tallo, que se relaciona con una o varias pantallas de lámparas para así recordar diferentes formas de hojas. ¿Cómo es el proceso para crear una colección innovadora? Stefanovich nos comparte en exclusiva para M Revista de MILENIO qué hay detrás de su mente creativa; publicó MILENIO.
¿Qué te inspiró a enfocarte en la creación de piezas de diseño coleccionables?
Descubrí que el diseño coleccionable me permitía enfocarme en la narrativa y expresión de mi trabajo, sin las limitaciones de un presupuesto definido por un cliente. Esto surgió de manera orgánica, como una búsqueda de procesos creativos y productivos estimulantes y desafiantes, ya que en el mundo comercial muchas respuestas ya estaban predeterminadas.
¿Cómo crees que ha evolucionado tu estilo a lo largo de tu carrera?
Creo que se ha ido haciendo más sofisticado al tener un mayor número de referencias, más experiencia y haber descubierto un mercado específico. Empecé haciendo mobiliario más comercial, en un enfoque parecido a lo que sentía que estaban haciendo otros diseñadores. Cuando empecé a hacer piezas con un carácter más artístico, encontré una identidad genuina que a mi parecer hizo que mi trabajo tuviera un lenguaje propio. Al tener mayor libertad creativa mis procesos cambian, ya que el primer paso es entender qué es lo que quiero hacer yo, contrario a lo que quiere el cliente.
¿Cómo crees que las piezas de diseño logran establecer la conexión entre el objeto y el usuario?
Hay ciertos objetos que por alguna razón nos atraen. Cargan con una historia, representan algo para nosotros o nos emocionan al usarlos o compartirlos con otras personas. Son piezas que, incluso al terminar su vida útil, nunca deseamos desechar. Con mi trabajo busco generar este vínculo con las personas, a través del carácter escultórico y estético de mis piezas. El modo de empleo y la forma ingeniosa en las que están resueltas buscan emocionar y que el usuario quiera compartirlas.
¿Cómo influyen las propiedades de los materiales utilizados en Folia en el diseño final y en la funcionalidad de las luminarias?
Los materiales utilizados se expresan en su forma cruda para que las piezas comuniquen honestidad y calidez; no se recubre el material original para que se exprese de forma auténtica. El utilizar materiales naturales como la madera siempre promueve que cada pieza tenga una veta o dibujo único, así como un tono variable. El proceso de producción así como el acabado de las piezas se hace a mano, lo que resulta en variaciones entre piezas.
¿Qué otro aspecto crees que es crucial en cada pieza?
Siempre busco que mis piezas se alejen de la obviedad. Es importante para mí que exista un factor interesante, ya sea por cómo están resueltas técnicamente, productivamente o estéticamente. Son piezas complejas tanto a nivel conceptual como técnico, mezclando diseño, física y mecánica.
¿Por qué las imperfecciones en las piezas son un aspecto positivo en la colección?
Como en muchos sectores, en el diseño coleccionable se le da mucho valor a que las piezas cuenten una historia, y a que el humano sea una parte central de la misma. Para mí es importante trabajar con procesos tradicionales y manuales para que las piezas comuniquen que están hechas por personas, y no por un brazo robótico en una fábrica gigante. Al ser fabricadas con procesos manuales, por manos humanas, las imperfecciones siempre van a estar presentes en las piezas, y las celebro porque son prueba de la ideología que hay detrás de su proceso de fabricación. Hechas a mano, por personas reales en talleres locales.
Háblanos de la colaboración con los talleres locales y el proceso.
Es importante para mí trabajar con talleres locales, ya que el tener una escala más pequeña me permite estar mucho más involucrado en los procesos y tener la certeza de que se toma el tiempo y la dedicación necesaria para hacer piezas con este grado de complejidad.
Cada parte del proceso de diseño y venta es un engrane de una maquinaria en donde, a través de mi planteamiento conceptual y artístico y la maestría productiva de los talleres con los que trabajo, podemos llevar las piezas a todo el mundo.
Imagen portada: MILENIO.