Por José Jaime Ruiz
El Poder Judicial y la Suprema Corte de Injusticia de Norma Piña y su Cártel de la Toga están cerrados por derribo. Auto clausurados, sólo esperan la votación final del Senado que los reestructurará y reformateará. La correcta ejecución del trabajo de demolición se asegura a partir de la democratización, para lograrlo es necesario el retiro de las placas de fundación existentes y cambiarlas constitucionalmente, acabar con la rigidez que favorece a la delincuencia organizada y a la delincuencia de cuello blanco.