Por José Jaime Ruiz
Si nunca ha sido monedita de oro, menos será moneda de cambio. El presidente Andrés Manuel López Obrador no será sacrificado en el altar neoliberal de los salinistas/zedillistas/foxistas/calderonistas, tampoco en el altar tecnoligárquico del trumpismo fascista. Eso quieren los malnacidos, los antipatriotas. Las campañas en contra de AMLO son recurrentes porque la flatocracia sigue soplando desde las ventosidades del descrédito. Se podría decir de otra manera, pero siendo hipócrita o políticamente correctos: mucho ruido, pocas nueces.