Por Obed Campos.
En 48 horas exactas abrirán las casillas de votación, para que los mexicanos ejerzamos la llamada jornada electoral más grande de nuestra historia. Alguien debería agregar a este término que son las “más grandes de nuestra historia democrática”.
En el estado de Nuevo León hay 4 millones 189 mil 684 ciudadanas y ciudadanos con derecho a votar el próximo 6 de junio y la participación política es de las más grandes del país.
Y aunque de eso ya se ha hablado mucho, hay que aclarar que estos comicios serán los más grandes, no porque se espere que cambie la actitud abstencionista de los mexicanos, (llegaremos muy forzados al 60 por ciento si nos va bien) sino porque los puestos públicos que este proceso rebasan por mucho a todas las anteriores vividas en México.
Por si le interesan los números, también tiene usted que anotar que el próximo domingo se cumplen 453 días de la declaración de la pandemia por SARS-CoV-2, o Covid-19 o coronavirus que azotan al país y al mundo.
En lo que toca a Nuevo León, para el domingo que vayamos a votar, los casos positivos por Covid-19 habrán rebasado los 178 mil, mientras que los muertos por la enfermedad, han de sumar poco menos de 11 mil.
Pero ya vimos que, con las pequeñas medidas de prevención, como el lavado de manos y el uso de tapabocas más la sana distancia, la enfermedad se puede contener, así que sigamos en la misma brega y sin bajar la guardia ejerzamos nuestro derecho/obligación como buenos ciudadanos y ciudadanas.
Y como diría el clásico: el voto es libre y secreto. Ejerza su derecho y cumpla con su obligación civil.
VUELO HEROICO
El capitán piloto Ricardo Antonio Morales López, quien comandaba ayer el vuelo rasante sobre el Río Santa Catarina del helicóptero de Protección Civil del Estado de Nuevo León, mostró su pericia y evitó una tragedia.
Morales López se encargaba de la parte aérea de la búsqueda de Tania Michelle Vargas Martínez, desaparecida en la tormenta de hace unas noches, pero, en el municipio de Juárez, el helicóptero se enredó con unos imperceptibles cables, que pusieron en peligro la nave.
La pericia del piloto fue puesta a prueba, pero con una diestra maniobra logró librar los cables y la misión llegó a buen término con el helicóptero volando bajo control y la tragedia evitada.