Por Félix Cortés Camarillo.
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A la barba de las habilidades de Basilio
que tanto vales, cuanto tienes
Sancho Panza, en Don Quijote II
Mañana es el último día de la primera mitad de ejercicio en el poder absoluto de Andrés Manuel López Obrador. Como diría mi abuela, si Dios quiere, nos queda la segunda. Pocas veces estuve de acuerdo con mi abuela y sus invocaciones. Hoy, menos que nunca. Yo preferiría otra jaculatoria suya: ni lo mande Dios.
Este tipo de situaciones suele llevarnos a una instancia de balance, sea nuestra vida, eso es una empresa, pequeña como una familia, o gigantesca, que esas suelen hacer balances en períodos más frecuentes. De todas maneras, aunque al presidente López no le agrade la frase del Quijote que hace epígrafe aquí, desde que el hombre es hombre, el valor de su persona lo establecen sus bienes, y eso no tiene nada que ver con la edad de piedra, el clásico griego, la Edad Media, el Renacimiento, o el capitalismo, neoliberalismo, neoporfirismo o la cuarta simulación. De ahí se viene la crueldad racial.
Se trata de temporalidades. Espero que se aceleren.
Sin ser pitoniso, estoy absolutamente seguro de que mañana o pasado el presidente López hará un nuevo informe de gobierno, como lo ha hecho periódicamente, para enunciarnos los logros de su administración.
Si mi memoria no me falla, esos logros son la ausencia de corrupción administrativa, que es falsa, la dispersión de los dineros a los mexicanos como dádiva a los que no producen; esto es, nosotros los viejitos, los tontos, los huevones. Sobre todo, la cancelación de las guarderías subrogadas que sacaron del mercado laboral a mujeres jóvenes y abandonadas mujeres madres que recuerdan con frecuencia a doña Manuela Obrador González.
Todas las promesas del candidato López Obrador se han convertido en ilusiones frustradas; nuestra inflación estaba ayer al seis por ciento. El litro de gasolina veía para arriba el precio del dólar. Los que vamos al super no necesitábamos de asesoría: nos la dan los números en el estante.
El asunto es que el presidente López está anclado en el ayer.
Todos los problemas de este mundo se deben al pasado, porque ellos no son como los de antes. Desde luego son peores. Solamente que ya va la mitad del período de gobierno. No han hecho nada si no es la promesa del Tren Maya, el aeropuerto Felipe Ángeles o la refinería contaminante de Tabasco.
Muy bien, estamos a medio camino.
La sabiduría popular indica que no es aconsejable cambiar de cuaco a mitad del río. Vicente Fox -el antecesor del Bronco como mandatario soso- lo dijo tal cual. Esa torpe opción no opera hoy. Si nos va bien, el presidente López entregará a quien logre la mayoría de votos en 2024.
Si nos va bien, diría mi abuela.