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Por Francisco Tijerina Elguezabal.

ftijerin@rtvnews.com

“Son los ímpetus de las pasiones deslizadores
de la cordura, y allí es el riesgo de perderse”
Baltasar Gracián

Aún no inicia su mandato y ya Samuel García corre un riesgo innecesario.

Poner tanto énfasis en la construcción de un nuevo estadio para los Tigres de la UANL, habiendo tantos problemas que requieren la atención del gobierno, será algo que se volverá en contra el gobernador entrante.

Sí, hoy le genera aplausos, loas y orondos comentarios de María Julia, pero dentro de poco tiempo el asunto se convertirá en una pesada loza que le generará críticas y dolores de cabeza.

Es bueno, comprensible y humano, que el Gobernador Electo tenga un equipo predilecto y que sin tapujos acepte su condición, pero debe entender que esa predilección le lleva a un punto en el que su propia popularidad queda atada a la suerte del equipo y en eso no tiene ningún control, de tal suerte que si a los Tigres les empieza a ir mal terminará siendo culpado de los resultados del equipo con el clásico “les echaste la sal” y además, le criticarán diciendo que le va a un equipo perdedor.

Lo anterior ocupa el terreno de los supuestos y las posibilidades, pero lo que no le van a perdonar y dentro de poco tiempo le recriminarán, es que anteponga su afición al futbol por encima de las necesidades de la población, de la misma forma en que muchos mexicanos hoy cuestionan al Presidente por su apoyo al beisbol.

Sería recomendable el bajarle “dos rayitas” a su afición por los Tigres, el futbol y a la construcción de un nuevo estadio y centrarse en los temas torales de Nuevo León, temas en los que sí puede tener control y llevar la rienda, para no depender de factores y circunstancias externos.

La historia de otros que han caído en el mismo error no nos deja mentir.

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// Francisco Tijerina Elguezabal

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Autor: lostubos
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