Por Francisco Tijerina Elguezabal
“La confianza ha de darnos la paz. No basta la buena fe, es preciso mostrarla, porque los hombres siempre ven y pocas veces piensan.” // Simón Bolívar
Este fin de semana ese extraordinario periodista que es Eloy Garza hizo un grupo de WhatsApp al que invitó a políticos, personalidades y periodistas para comentar de manera simple y sin rebuscamientos temas del diario acontecer de nuestra comunidad.
La idea no es nueva, ya otros la han puesto en práctica, sin embargo el nivel de convocatoria de Eloy se tradujo en un domingo lleno de opiniones sobre diversos tópicos locales, nacionales e internacionales de la política.
De entre ellos destaca la opinión expuesta por el periodista Ángel Quintanilla, quien comentó y cito textual: “El año pasado y principios de éste se dio a nivel mundial una recuperación de la credibilidad en los medios tradicionales que venía en picada por el incremento de “fake news” en las redes sociales y la gente recurrió de nuevo a fuentes verificables”.
Más allá de los “likes” y los “share”, es evidente que la mayoría de la población mantiene un alto nivel de desconfianza de las redes sociales y acude a los medios tradicionales a confirmar si las noticias son ciertas a ellos.
A diferencia de las redes sociales, los medios formales mantienen la cuota del rigor periodístico y, cuando son medios serios, se preocupan por verificar sus fuentes y certificar que lo que publican es válido, lo cual no sucede en buena parte de los medios, blogs y sitios de redes sociales.
Si como se dice “la verdad nos hará libres”, será la verdad, el oficio y reglas básicas del periodismo serio el que les permita a los medios tradicionales seguir vigentes y constituirse en el certificador de la realidad que vivimos día con día.
Se equivocan quienes pretenden hacer de las redes sociales la panacea y la verdad absoluta. Los medios tradicionales siguen y seguirán vigentes, por lo menos durante unos cuantos años.