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Samuel García desprecia al magisterio; Sofialeticia, quebradiza

Por José Jaime Ruiz

@ruizjosejaime

En su conferencia del domingo, el gobernador constitucional de Nuevo León, Samuel Alejandro García Sepúlveda, rompió con el magisterio del estado al ningunearlo desde el Olimpo del Palacio de Cantera. El poeta Octavio Paz señaló una vez: “El ninguneo es una operación que consiste en hacer de Alguien, Ninguno. La nada de pronto se individualiza, se hace cuerpo y ojos, se hace Ninguno”. Para Samuel Alejandro el magisterio no cuenta, se “perdieron” dos años por la pandemia.

El gobernador no sólo no visibilizó el trabajo del magisterio, hizo algo peor: lo despreció. Mientras Samuel Alejandro y Mariana Rodríguez faenaban un marlín, los docentes preparaban su regreso a clases con la sombra de la variante ómicron encima. No esperaban la driza de García Sepúlveda que arriaría su bandera profesional en un grave y grosero insulto.

“Y no podemos privarlos de estudiar después de dos años de retraso, son dos años irrecuperables que hemos perdido y no podemos perder una semana más”, injurió Samuel Alejandro.

Y, sin embargo, ¿qué se pude esperar de alguien que rebaja la escuela a un simple refugio ante la pandemia? Ni siquiera como un ejercicio de educación inicial, preescolar, sino como una simple guardería. Desde hace décadas Iván Illich señaló: “Podemos comenzar por anotar las funciones latentes desempeñadas por los sistemas escolares modernos, tales como los de custodia, selección, adoctrinamiento y aprendizaje”.

Una educación conservadora a la que está apegado el gobernador al hablar de refugio (custodia) y aprendizaje, creyendo que nada aprendieron los educandos en estos dos años.

¿Qué pensará la quebradiza secretaria de Educación de las ideas “educativas” de su jefe, ella tan cercana a Paulo Freire? Por cierto, ¿qué le pasó a Sofialeticia Morales? ¿Pánico escénico? ¿Objeción ética frente a la postura e impostura de Samuel Alejandro?

Transitar de la pedagogía del miedo a la pedagogía de la esperanza es decir nada si no se inserta en la realidad educativa. Toda pedagogía existe en el aquí y el ahora, no en la expectativa dizque progresista. La educación bancaria a la que estuvo expuesto el gobernador se contrapone a una pedagogía de la indignación, a una pedagogía de la autonomía.

“La diferencia entre diálogo y discurso sólo puede encontrarse en el entramado de las relaciones humanas, en el ámbito político, y en el instante de hablar todavía en vilo…” (Los gestos, Vilém Flusser, Editorial Herder).

El discurso excluyente del gobernador anula el diálogo; el discurso balbuceante de la secretaria de Educación se pretende inclusivo, no lo es. Samuel Alejandro despreció al magisterio; a Sofialeticia su gollete en monólogo se quebró frente a un micrófono.

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// José Jaime Ruiz

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Autor: stafflostubos
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