Por José Jaime Ruiz
@ruizjosejaime
Convenientemente, para el gobernador constitucional del estado de Nuevo León, Samuel Alejandro García Sepúlveda, los medios de comunicación se “olvidaron” del tarifazo decretado por Agua y Drenaje al bolsillo de los ciudadanos y, por supuesto, de la pifia de su esposa, Mariana Rodríguez Cantú, en su participación de la marcha del 8M.
Dos notas desplazaron la conversación al golpe contra la economía de los ciudadanos. Primera, la oficial, es decir que a partir del domingo no es obligatorio el uso del cubrebocas en espacios abiertos y, segunda, la fake, la del rumor de atentados en la Universidad de Nuevo León que creó un estado de psicosis en las redes sociales.
Dos notas que, en efecto, le convienen a Samuel Alejandro porque los ciudadanos voltean a otro lado y, de la mano de los medios de comunicación, se diluye el impacto mediático del alza en las tarifas del servicio de Agua y Drenaje.
Recapitulo. De noche y a escondidas, el Consejo de Administración del organismo aprobó el lunes el tarifazo con un mágico nuevo aumento llamado de “saneamiento”, el cual implica un alza del 7 por ciento a los usuarios que consuman por arriba de 10 metros cúbicos de agua al mes.
Recapitulo. A lo anterior se adicionará un aumento escalonado que iría de un 10 por ciento hasta un 40 por ciento, dependiendo del consumo. Las alzas alcanzarían, con los dos incrementos, desde un 18 hasta un 50 por ciento. Y luego la “tarifa ecológica voluntaria” de diez pesos.
En la retórica del desparpajo, nos dice Juan Ignacio Barragán, director de Agua y Drenaje, que lo evidente es irreal, que no es aumento, es ahorro: “No estamos aumentando la tarifa, le estamos pidiendo a la población que ahorre agua, que baje su consumo”.
Que el ciudadano voltee hacia otro lado, que se cambie la conversación, que no piense en su bolsillo, que habite la rumorología, que descubra su boca para conversar de otros temas. Todo muy conveniente para Samuel Alejandro.