Por Francisco Tijerina Elguezabal
“Aunque los hombres se jacten de sus grandes acciones, muchas veces no son el resultado de un gran designio, sino puro efecto del azar.” // François de La Rochefoucauld
Se equivoca el gobierno en su conjunto en la resolución de la crisis que hoy tienen por la desaparición de mujeres en Nuevo León.
Como de costumbre reactivos ante el escándalo mediático, no fueron capaces de anticipar el estallido social y la bomba les explotó en la cara.
Tarde y con ocurrencias, con ideas al bote-pronto y surgidas sobre las rodillas, el gobierno no atina a encontrar la salida y va de un traspiés a otro, dando tumbos, sin rumbo, sin estrategia y, lo que es aún peor, sin respuestas ni soluciones.
Desde la nada empática declaración de Aldo Fasci, secundada por el fiscal del área, en el sentido de que la mayor parte de las desaparecidas “se van por su gusto”, hasta los velados reclamos del gobernador de “quemar puertas no arregla nada”, pasando por fallidos post de “yo no soy la fiscalía” o el patético video de un alto funcionario que en la terraza de un bar sampetrino dijo que “a pesar de que hacemos mucho, ni así alcanza”, aludiendo a la cobertura universal por cáncer infantil y de mama y de que ya tienen el dinero para tres líneas del Metro, pero sin decir nada de las desaparecidas.
¿A qué ir a pararse el gobernador y su esposa en medio de la noche a la búsqueda de una de esas mujeres? ¿Qué nadie les dice que no ganarán nada y que sí se exponen a un airado, pero además merecido reclamo de familiares o amigos? Porque les van a decir que fueron a buscar la foto, no a ayudar a encontrar a nadie, fueron a intentar salvarse no a salvar a nadie.
Igual, sin ideas, sin rumbo diputadas, algunos opinólogos y “activistas” que únicamente son activos en medios y redes sociales, “activistas de teclado”.
¿La gran solución? Montar por decreto un “ejército” de búsqueda de desaparecidas.
El punto es que el gobierno persigue el efecto, no la causa, va a buscar a las desaparecidas en lugar de diseñar métodos, sistemas y procedimientos preventivos que eviten que esas mujeres desaparezcan.
Esta es la verdadera tarea de Aldo Fasci, el prevenir, no el andar buscando a nadie que para eso existe la Fiscalía; resulta evidente que no se previene nada. Esta es la función de la Secretaría y el Instituto de las Mujeres, dependencias duplicadas que terminan haciendo nada.
Y es que la retahíla de errores sigue y sigue. Se centran en informar “las aparecidas de las desaparecidas”, pero poco dicen de ubicar y castigar a los responsables.
El delito existe, en buena medida, por la confianza de los agresores en la impunidad, porque son contados los casos en que se resuelven las cosas y se castiga a los responsables.
Sí, nos falta mucho como sociedad y debemos adaptarnos a las nuevas circunstancias, pero es prioritario que el gobierno nos brinde un mínimo de garantías para poder salir a la calle sin temor.
Porque hablan de las mujeres, pero a diario desaparecen muchísimos niños, hombres, adultos mayores, de los que nadie o casi nadie habla, por los que no hay marchas ni escándalos, pero que también son personas que tienen familia y que merecen la atención del gobierno.
Ya dejen de atender los efectos y póngase a trabajar en las causas.
ftijerin@rtvnews.com