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Por Félix Cortés Camarillo

..porque el rencor

duele menos que el olvido…

Nunca he cruzado palabra con Jaime Heliodoro Rodríguez, el tristemente célebre ex gobernador de Nuevo León. Jamás lo he visto en persona y la información que tengo de su persona y carácter es de terceros. A grandes brochazos he logrado esbozar la imagen de un ignorante caprichoso e irascible lleno de ambiciones que, como muchos otros mexicanos, se convenció demasiado rápido de que el ejercicio de la política en nuestro país es la forma más sencilla de hacerse rico y poderoso. 

No me cabe la menor duda de que El Bronco, que así le gusta que le digan, es culpable por lo menos de los delitos que se le han atribuido. Sí, efectivamente puso a la burocracia del estado de Nuevo León a recabar firmas de a pollo y de a huevo para inscribirse en la boleta electoral para la Presidencia de la República hace cuatro años. Sí, el enriquecimiento de sus cuentas bancarias es totalmente explicable aunque no sea precisa y legalmente transparente. Y si le escarban un poquito encontrarán lo que quieren encontrar. Suficientes delitos para dejarlo un buen par de años en la cárcel.

Con lo que no estoy de acuerdo es la manera en que se ha conducido el proceso supuestamente legal para procesar a Jaime “N” como se le llama en los medios regiomontanos obedeciendo una estúpida reforma judicial y de procesos en la que los periódicos publican efigie, nombre, apellidos y a veces direcciones de las víctimas, mientras que a sus victimarios se les otorga no sólo la presunción de inocencia sino la cortina del anonimato y el ocultamiento de sus rostros. Como si los merecedores del escarnio fueran las violadas y no sus agresores.

El desaseo no ha sido nunca la virtud que distinga a los procesos penales mexicanos. Nuestras cárceles están repletas de delincuentes pobres con procesos eternos porque los acusados no han tenido dinero suficiente para contratar un abogado eficiente o sobornar un juez habilidoso, mientras en la calle muchos verdaderos delincuentes disfrutan de libertad y prebendas.

Al ex gobernador de Nuevo León no solamente no han podido probarle una sola de las acusaciones: no ha sido posible el aparato judicial del estado determinar quién tiene jurisdicción para juzgar a tan mal afamado reo. Un juez le tira la pelotita al otro y éste se la devuelve. Mientras un juez ordena que el reo sea llevado a un hospital para ser atendido, nadie le hace caso. Lo menos que dejan en claro los jueces es la sospecha de que actúan bajo consigna de otro ambicioso iletrado, caprichudo e iracundo que hoy ocupa el mismo despacho que el hoy preso usara en el Palacio de Gobierno. 

Se diría que crimen es del tiempo y no de España, para que el olvidado poeta Manuel José de Quintana quede satisfecho. Ciertamente nuestro tiempo es el de la saña y el rencor, al menos en el campo de la política. Así lo dicta el Gran Tlatoani que dispensa cotidianos certificados de patriotismo o de vena traicionera máxima por todos lados y en cada frase. Hay un empeño en imitarle, como suele darse en esta tierra de mujeres y traiciones. 

Los nuevoleoneses debemos exigirle a Samuel García, el novato metido a gobernador, que cumpla con las leyes que juró respetar y hacer cumplir. Pero, aunque Samuel no lo crea, el poder y la justicia no se hicieron para enviar mensajes de twitter o ejercer venganzas personales. Que se lleve a ex funcionarios a juicio está muy bien, pero que se sigan los procesos debidamente establecidos. Si no se hace así, mejor es dejar a los adversarios en el olvido. Aunque ellos prefieran el odio a la indiferencia.

Así somos los románticos. 

PILÓN PARA LA MAÑANERA (porque no me dejan entrar sin tapabocas): Un podría pensar que el presidente López va a buscar en Centroamérica y Cuba el Vellocino de Oro que soñó Luis Echeverría, pero al de hoy le queda demasiado grande. Echeverría quería las grandes ligas, el imperio del Tercer Mundo o de perdis la Secretaría General de Naciones Unidas. López Obrador parece contentarse con ser el ídolo de un par de repúblicas bananeras. Lo único que no tengo claro es ¿para quién es el mensaje de hacerse acompañar en este viaje sólo de los ministros de las fuerzas armadas además del canciller? No le buigan…. 

‎felixcortescama@gmail.com

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// Félix Cortés Camarillo

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Autor: stafflostubos
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