Nuevo México se alista para fortalecer su capacidad de infraestructura fronteriza y, de paso, contribuir a que se consolide el acuerdo pactado entre el gobierno de México y el de Estados Unidos para disminuir la actual capacidad de veto de los flujos comerciales bilaterales, que, ostenta de facto el gobernador de Texas, Greg Abbott gracias a los 25 cruces por donde se pueden llevar bienes y mercancía hacia sus dominios; informó MILENIO.
En ese sentido, la gobernadora de extracción demócrata, Michelle Lujan Grisham, anunció este viernes que la entidad apoyará los esfuerzos de México y Estados Unidos a nivel federal para priorizar las mejoras en el puerto fronterizo de Santa Teresa-San Jerónimo, al que se llega desde Chihuahua, con la intención de agilizar el comercio internacional y crear empleos de ambos lados de la línea.
“Nuevo México se siente honrado de tener una asociación compartida y respetuosa con los líderes federales y estatales en México (…) Estamos trabajando juntos para mejorar el comercio fronterizo e invertir en esta región para que podamos crear empleos y beneficiar a todas las familias que dependen de los bienes y servicios que pasan por la zona fronteriza”, sostuvo al respecto la gobernadora Lujan Grisham.
La gobernadora hizo tal anuncio luego de que la secretaria estatal de Desarrollo Económico regresó de una serie de reuniones que sostuvo en días recientes en la Ciudad de México con funcionarios federales y representantes del gobierno de Chihuahua.
Lo que, a su vez, coincidió con el anunció del presidente Andrés Manuel López Obrador y el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, sobre la prioridad que tendrá el puerto de entrada de Santa Teresa-San Jerónimo como un proyecto fronterizo estratégico para ambos países.
“Las familias y los negocios a lo largo de la frontera crecerán y caerán juntos, sin importar de qué lado estén. Todos debemos avanzar en la misma dirección para construir una frontera sostenible y digna que brinde seguridad económica a todos los que viven, trabajan y dependen de los bienes y servicios de estas comunidades fronterizas”, dijo en su oportunidad la secretaria tras el anuncio.
Cuando, el mes pasado, Texas ordenó de manera unilateral inspecciones comerciales adicionales la Autoridad Fronteriza de Nuevo México trabajó de manera inmediata en estrecha colaboración con altos funcionarios de Washington para extender el horario en el Puerto de Entrada de Santa Teresa con el objetivo de que los transportistas, desesperados en ese momento por el caos generado en Texas, tuvieran una ruta alternativa hacia los Estados Unidos.
MILENIO reveló la semana pasada que, en represalia por haber bloqueado el transporte durante hasta seis días, los gobiernos del presidente López Obrador y el presidente Joe Biden pactaron redirigir parte del tráfico terrestre entre los dos países a Nuevo México, donde se ampliará la nueva garita de Las Cruces ubicada a unos 50 kilómetros de la de Santa Teresa, ambas, lejos de la zona de influencia de Abbott.
La decisión, que tomará varios meses en implementarse, se tomó de manera conjunta luego del encuentro entre el canciller Marcelo Ebrard y el secretario de Seguridad Interior, Alejandro Mayorkas, hace unas semanas.
Al proyecto para restar el poder de veto a Abbott, confirmado por autoridades diplomáticas, se suma a otro proyecto que ya analiza la Secretaría de Economía para mover una vía férrea que conectará el Pacífico con Estados Unidos.
Este viene desde El Paso en Texas y va hasta Las Cruces, en Nuevo México, el cambio de vía se realizaría bajo la lógica de “dejar de poner todos los huevos” en la canasta texana, según autoridades diplomáticas. Es decir, quitarle directamente a Texas para darle a Nuevo México.
El Puerto de Entrada de Santa Teresa en cambio es uno de los principales cruces entre los dos países, y es considerado el primer puerto terrestre sin una estructura de puente desde el Este.
Debido a esta condición, cumple una función fundamental para la región industrial comprendida entre El Paso y Ciudad Juárez como el único puerto sobredimensionado y con sobrepeso, que no está limitado por el espacio o el peso de los carga.
Y lo más importante, está en los límites entre Nuevo México y Texas, por lo que tan sólo es cuestión de girar levemente a la izquierda las vías para evitar las inspecciones de Abbott.
La decisión final de ampliar el nuevo cruce en Nuevo México se tomó tras llegar a la conclusión de que México no puede confiar en Texas como un socio comercial serio, luego de que el gobernador republicano ordenó en abril pasado “inspecciones secundarias” a todo el transporte que ingresara a su estado.
Disposición que fue calificada por Ebrard de “extorsión” a los estados fronterizos de Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas, que, ante la presión que significaban las nuevas inspecciones que triplicaban el tiempo de cruce de mercancías por Texas, finalmente, cedieron a firmar acuerdos estatales para fortalecer la seguridad de este lado de la frontera y disminuir los números de migrantes que buscan el “sueño americano” caminando por el desierto del estado de la llamada “estrella solitaria”.
El gobierno de Nuevo México recordó que ya tiene fondos asignados para aumentar las necesidades de infraestructura a lo largo de la frontera con 50 millones de dólares destinados a un conector de autopista fronteriza para aumentar la accesibilidad de la mano de obra desde México.
Otros ocho millones de dólares en infraestructura de agua y 20 millones de dólares más para el puerto fronterizo de Doña Ana Jet.
“Esto se suma a la solicitud federal que presentó su administración para la expansión de 170 millones de dólares en Santa Teresa y la solicitud del Congreso de un permiso presidencial para un desvío ferroviario”, detalló el gobierno estatal en un comunicado.
Santa Teresa continúa estableciendo récords en el tráfico comercial y se espera que continúe aumentando, debido a la fuerte congestión que se vive de manera constante en los puertos de El Paso.
En los últimos dos años, por ejemplo, Santa Teresa duplicó la cantidad de vehículos comerciales procesados por hora y alcanzó un nuevo récord en 2021 al procesar más de 150 mil camiones por su garita. El puerto también incluye el cruce de ganado más grande en la frontera, que procesa más de 500 mil cabezas de ganado anualmente.