Por Obed Campos
A su manera, la historia del payaso que se vuelve príncipe, y luego se convierte en rey, pero acaba finalmente como sapo, parece que se hizo realidad con el sisma político de estos días que significó el anuncio del alcalde Jesús Ángel Nava Rivera “Tofito·”, munícipe de Santa Catarina, Nuevo León, quien sin decir ni agua va decidió abandonar el PAN, para unirse a las filas (según él) de Movimiento Ciudadano.
Déjeme aclararle sus dudas: primero, lo del apodo de “Tofito” se lo ganó el muchacho cuando niño, porque él usaba ese nombre artístico para, vestido de payasito, hacerle segunda a su señor padre que a eso se dedicaba y él le ayudaba.
Por eso esta columna podría llamarse “de payaso a príncipe (diputado) luego rey (alcalde) y ahora…”
Pues el caso es que ya ve usted que en este mundo todo se pue ocultar, menos los kilos de más y la lana, Nava Rivera, quien a estas horas aun no tiene partido, es acusado por sus ex correligionarios panistas de convertirse (¿a cambio de qué?) en sapo y traicionar así a quienes le dieron oportunidad en el PAN.
No es casualidad que a los pocos minutos de que anunciara su renuncia, el gobierno de Nuevo León, que encabeza Samuel “Mattel” García, revelara que investiga los manejos de Víctor Manuel Pérez Díaz, alcalde de Santa Catarina entre 2012-2015 y de Héctor Israel Castillo Olivares, alcalde del mismo municipio del 2015 al 2021.
Con esto, los que saben de leyes y de política me explican que el alcalde “Tofito”, como ya dije, de orígenes panistas y hoy sin partido, parece que sí se le tomó en serio la promesa y aceptó la oportunidad que le brindaron del Gobierno de Samuel para que utilice el criterio de oportunidad o sea, en vulgo, convertirse en algo así como “testigo protegido”, o, más vulgo, en “sapo”.
Dicen que hubo un intercambio de maletas: en la que entregó el alcalde iba la información rebosante de sus antecesores, quienes por cierto hoy ambos son Diputados Federales… Y espero que no se les olvide que gozan de fuero… Y en la maleta de regreso, la que se llevó “Tofgito”, imagine usted, de qué venía repleta, aparte de la promesa de una vida bella.
Así que esta historia está de pronóstico reservado, pero le puedo adelantar que otros alcaldes también caerán con el canto de las sirenas y aprovecharán esa gran oportunidad de lavarse la cara (las manos es imposible) y entregar a “las mafias de poder” que medran en sus municipios.
Me ponen por ejemplo que las fuerzas estatales se impusieron y sacaron de operación a la policía municipal de García, quesque por el desgobierno que se carga el ex chofer del El Bronco, Carlos Guevara…
¿Y por qué no han hecho lo mismo en Cadereyta, si es sabido que ahí la delincuencia organizada es la que manda?
Ah, porque el gordito simpático Cosme Julián Leal Cantú, ya le cerró un ojo a Samuelín y prometió renunciar a su partido, el PAN, para vestirse de naranja… A ver si por sus dimensiones no lo confunden con una naranja ombligona.
Pero volviendo a Santa Catarina, “Tofito” puede hacer de su vida política un rehilete y seguramente ya le pidió permiso a Ismael Flores, el dueño de la CTM en Nuevo León y quien lleva su buena tajada en ese municipio del poniente del área metropolitana.
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