Por José Jaime Ruiz
@ruizjosejaime
En el replaqueo está el “ganeo”. Y no, no es sólo replaqueo, es saqueo. En una mañanera de finales de mayo, el presidente Andrés López Obrador comentó: “Siempre lo he dicho, el pueblo no es tonto, tonto es el que piensa que el pueblo es tonto, la gente sabe muy bien. A lo mejor el pueblo no sabe lo que quiere pero tiene perfectamente claro lo que no quiere”.
Y Andrés Manuel agregó: “La gente ya no quiere corrupción, cacicazgos, no quiere impunidad, no quiere injusticias, no quiere racismo, ni clasismo, ni discriminación, no quiere prepotencia, políticos fantoches, nada de eso quiere el pueblo, el pueblo se cansa de tanta pinche transa”.
Nuestros gobernantes de Nuevo León corruptos, impunes, injustos, racistas, clasistas, prepotentes, políticos fantoches de Instagram, creen que los ciudadanos son tontos cuando los tontos son ellos y el pueblo se cansa de tanta pinche transa.
El candidato Samuel Alejandro García Sepúlveda prometió no subir impuestos, no pegarle al bolsillo ciudadano, no agredir económicamente a las familias. Como gobernador, Samuel Alejandro ha hecho todo lo contrario: subió la tarifa del servicio de agua y drenaje, dio el tarifazo en el Metro; sus camiones que están en chino para una ciudad como el área metropolitana de Monterrey, cobran 15 pesos y, ahora, escudándose en la inseguridad, quieren un replaqueo innecesario para allegarse de recursos, pasando, obvio, por la corrupción en el proceso.
¿Cómo justifican este nuevo atentado contra los ciudadanos, esta recaudación, otra más, contra los bolsillos de la gente? Con lo inverosímil, las placas son delincuenciales:
“Lesiones, daño a propiedad ajena, homicidios y robo, en esos cuatro delitos hasta en el 90 por ciento de ellos es utilizado un vehículo y son los que lesionan a la sociedad y resulta que no tenemos datos ciertos de los propietarios de los vehículos, entonces hay necesidad de poner orden en esto. En homicidios en el 91 por ciento de los casos hay un vehículo y ahí sí ninguno coincide”.
¿Y el delito qué tiene que ver con el vehículo? ¿Acaso sabiendo el nombre del propietario se disminuirán los delitos? Para la inseguridad, no es solución; para los voraces, es recaudación. Por otro lado, se trata de dar de baja y “regularizar” un millón 357 mil 180 placas en un rango de pago de 400 a 4 mil pesos.
El replaqueo no bajará los delitos, el argumento es falaz, ¿qué porcentaje de ese millón 357 mil 180 vehículos, con sus placas, han participado en delitos? ¿Un millón?, ¿cien mil?, ¿diez mil?, ¿mil?, ¿cien?
La Fiscalía General del Estado tiene otros datos que destruyen el argumento de que por seguridad es necesario el replaqueo. Ocho meses apenas y Samuel Alejandro confirma su vena recaudadora: no sólo es replaqueo, es saqueo. El pueblo no es tonto, tonto es el que piensa que el pueblo es tonto y el pueblo se cansa de tanta pinche transa.