Por Félix Cortés Camarillo
Uno de los animales más enigmáticos de nuestro tiempo es el ornitorrinco, endémico de Australia que se conoció inicialmente como platypus –pie plano– por las patas de ave provistas de membrana para nadar. Además de eso tiene pico de pato, pero es el único mamífero que se reproduce poniendo huevos y es el único mamífero que secreta un veneno que aplica con sus patas traseras a sus enemigos. De alguna manera se le ha considerado una especie de eslabón perdido en la cadena evolutiva que lleva a los seres vivos del mar hasta la forma humana.
Otros integrantes de esa cadena singular que conocemos son las gallinas y los reptiles, que se ubican entre los antepasados que por su estructura y características nos ligan a los dinosaurios. Las patas de las gallinas tienen una piel keloide y unas garras muy semejantes a la de los lagartos. Sus pieles son tremendamente resistentes a los cambios radicales de temperatura y a las heridas de las dagas más afiladas.
Son lo más parecidas a la epidermis de los políticos.
En la vida política mexicana hay un pasatiempo que se presenta cíclicamente cada seis años con la sucesión presidencial. Es un juego en el que el gobernante en turno juega con los retratos de su posible sucesión, en cuya designación suele tener mano. Dependiendo de la personalidad de cada presidente mexicano, el número de cartas –en esta ocasión se llaman corcholatas, como durante un buen tiempo se les designaba tapados– es variable pero por estrategia tiene que ser de por lo menos tres. Todos con la más resistente de las pieles.
Una de ellas y de manera presencial y directa fue sometida ayer en la mañanera del presidente López. El canciller Marcelo Ebrard, una de las corcholatas del presidente López para sucederlo, había decidido soltar las amarras de su barco hacia la presidencia. Hablando en Cancún ante empresarios se refirió a la crisis en las relaciones de México con Estados Unidos y Canadá a propósito de las supuestas violaciones nuestras al T-MEC, descartando la posibilidad de una ruptura. En ese contexto, Marcelo revelo una anécdota de cuando el entonces presidente Trump amenazó con ponerle aranceles progresivos, del cinco al 25 por ciento a todas las exportaciones de México a los Estados Unidos. “Vete a ver cómo arreglas eso” la habría encomendado el presidente López. Lo arregló, dijo, luego de visitar a la virgen de Guadalupe. Las consecuencias fueron que México accedió a hacer el papel de guardia fronterizo de los Estados Unidos para no dejar pasar a los migrantes de Sudamérica rumbo al Norte.
Pero hubo más. La dirigente de progresistas por la Unidad y Piso Parejo, que respalda a Marcelo, pidió hablar con el dirigente de Morena para discutir cómo se va a seleccionar a la corcholata mayor.
No fueron muy lejos por la respuesta. El presidente López, a cinco metros de distancia de su canciller lo dejó muy claro. Será una encuesta la que lo decida, y los que piden un piso parejo solamente están dejando en claro el desprecio que le tienen a la madurez política de los mexicanos, que ya no se dejan embaucar.
¿Hubo alguna reacción o respuesta del Canciller? Que yo sepa, no. La piel de los políticos resiste cualquier arma filosa. Seguiremos jugando. Abel Quezada diseñó hace muchos años una campaña publicitaria de una marca de cigarrillos bajo el lema de “el tapado fuma Elegantes”.
Claro, ya no se usa fumar. Al menos tabaco.
PILÓN PARA LA MAÑANERA (porque no me dejan entrar sin tapabocas): El espectáculo ya tiene fecha y sitio. El 16 de septiembre en el Zócalo, el presidente López revelará su respuesta a Estados Unidos y Canadá ante el problema con el T-MEC. Los que esperan que, emulando a Fidel Castro cuando se endureció el bloqueo a Cuba y su gobierno rompió al grito de Patria o Muerte sus relaciones con Estados Unidos, se equivocan. No conocen al presidente López. Está en su juego.
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