Por Félix Cortés Camarillo
Este fin de semana hemos visto una vez más una película que, además de añeja es tremendamente mala desde su idea, guion, realización y actores. Se llama los procesos democráticos electorales a la mexicana. Por subtítulo debe llevar “por vivir en quinto patio”, tomado en préstamo de Luis Arcaraz, sobre quien corre la negra leyenda de que parte de sus canciones se las compró como otros compositores célebres, a Mario Molina Montes, quien pululaba por las calles de Ayuntamiento alrededor de la XEW cargando una pobreza y un talento igual de enormes. Cincuenta pesos la pieza, dicen las malas lenguas.
Este fin de semana el aparato electoral del presidente López celebró una preselección de sus delegados a la Tercera Convención Nacional de Morena, que habrá de realizarse en octubre, cuya luna dicen es la más hermosa de todas.
Debe ser un luna de queso por repartir, porque en octubre esa convención se encargará de organizar y realizar las encuestas amañadas mediante las cuales don Gato y su pandilla seleccionarán a los candidatos para las elecciones de ahora en adelante.
En el simulacro democrático del fin de semana por todos lados llovieron las protestas de unos morenistas contra otros morenistas. Compra de votos, despensas repartidas, acarreo de votantes, quema de urnas y papelería y otras chuladas que, desde luego, ya no existen. Son cosas del pasado, de los neoliberales y los corruptos. Bueno, lo que pasa es que ahora esos procedimientos tienen otros nombres: estímulo social para el bienestar, apoyo a la infraestructura, transportación de apoyo logístico a los lugares del sufragio, y otras paparruchadas. La misma gata, revolcada. Hijo de tire, pintito.
No veo por qué nos asombra.
Morena, desde su concepto y estructura no es más que una copia, corregida y aumentada, con mejor financiamiento público y privado, del PRI que conocimos durante más de setenta años, y que hoy anda arrasando sus miserias y enlodando el apellido en la persona triste de Alejandro Moreno. El dirigente del Neopri ahora se llama Mario Delgado.
En eso de gastar dinero público en campañas políticas don Mario tiene enorme experiencia. Él, como secretario de Finanzas, fue el encargado de malgastar los dineros para hacerle a Marcelo Ebrard, en el gobierno de la Ciudad de México, su faraónica línea 12 del Metro –llamada línea dorada– supuesta base de lanzamiento para el primer intento de llegar a la presidencia del hoy Canciller. Sí, la línea que se desplomó con muertos que no tienen responsable.
No creo que sea necesario, ni que merezca, decir más.
PILÓN PARA LA MAÑANERA (porque no me dejan entrar sin tapabocas): Casi a la par de la misericordia del presidente López, quien acudió a su herramienta favorita, la de decretar lo que se le venga en gana como asunto de seguridad nacional, que quiere decir de su exclusiva y omnipotente autoridad, la Virgen de la Cueva se apiadó por doce minutos de una parte de la ciudad de Monterrey y dejó caer una manguita de lluvia. No sirvió para humedecer ni una sola garganta sedienta nuevoleonesa, pero sí para tapar el mal drenaje pluvial de la ciudad con la basura arrastrada. Eso sí, fue una inspiración genial para la señora Mariana Rodríguez, dueña de Nuevo León al menos en las redes llamadas sociales. Se hizo grabar chapoteando en la lluvia con tres huercos –obviamente prestados a huevo por el DIF o sus padres– en una payasada que luego subió a su portal. Como si fuera poco, el sábado se llevó a su mascota exclusiva, de nombre Emilio, para tomarse fotos con su marido en el estadio universitario para colgarse de los Tigres futbolistas.
Lo que hay que ver….
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