Por Obed Campos
En medio de un proceso electoral interno de Morena, (sucio, por el lado que se vea, a menos que el observador sea tuerto o de plano cierre los ojos), en Nuevo León de nuestros infiernos, los demonios no nos dan tregua.
La inseguridad y la sed, es decir, el imperio de la delincuencia y la crisis por falta de abasto de agua más la sequía (que aunque parecen ser lo mismo, no lo son) siguen atormentando a la sociedad nuevoleonesa.
A eso de las 21:30 horas, me avisaron que cinco sujetos fueron ultimados a balazos en un tejabán, que podría haber funcionado presuntamente como punto de venta de droga, en la Colonia Nuevo Milenio, en Guadalupe.
Sigue la mata dando y sigue corriendo la sangre, esta vez a manos de tres sicarios que huyeron impunes.
Asimismo, la “preselección” de delegados rumbo a la Tercera Convención Nacional de Morena, el partido de López Obrador, que se celebrará en octubre estuvo llena de quejas de parte de los mismos participantes por irregularidades y sinvergüenzadas.
“Compra de votos, despensas repartidas, acarreo de votantes, quema de urnas y papelería y otras chuladas que, desde luego, ya no existen” consigna el periodista Félix Cortés Camarillo en su texto de los hechos morenistas.
Y como aquí en Nuevo León los locales no dieron pie con bola, me dicen que mañana llegan a mediodía el Secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, y el general Secretario la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval González, a encabezar una reunión formal en el Patio Central Palacio de Gobierno.
¿El motivo de tan ilustres visitas? Pues tratar de arreglar a plumazos el lío del abasto de agua que ha causado tantas deshidrataciones en Nuevo León, sobre todo en el área metropolitana de Monterrey.
La idea, dicen los que saben, es “mostrar músculo presidencial”, es decir, ponerle remedio a una enfermedad que ha demostrado la incompetencia de Juan Ignacio Barragán Villarreal, y de paso hacer que luzca la mano del presidente López.
No me dijeron, pero es muy probable que haya porras esperando a Adán Augusto, ya ve usted que no oculta los latidos de su corazón cuando le dicen que tiene posibilidades de buscar “la grande” y saltar de despachar en Bucareli a cobrar sus quincenas en Palacio Nacional.
Así que si a usted, como a mí, el chisme la da disfrute, agarre asiento, lugar, tabla y palomitas, porque los espectáculos y el entretenimiento con estas fantasías animadas de hoy y hoy apenas comienzan.