El artista británico se convirtió hace varios años en el primer cyborg del mundo.
Neil Harbisson es un artista británico que ha paralizado las redes sociales desde hace unos años, pues es considerado como el primer cyborg del mundo, ya que se incrustó una antena en la cabeza que al principio le permitía «escuchar colores» pero que ha perfeccionado con nuevas tecnologías.
La antena que Neil tiene incrustada en su esqueleto desde hace casi 18 años le permite ver rayos infrarrojos y ultravioletas. El artista que 38 años sufre de acromatopsia, un trastorno que afecta su retina y le permite ver en «blanco y negro», así como los tonos grises.
Este nuevo órgano que Neil Harbisson decidió incrustarse en la cabeza ayuda a que pueda distinguir los colores gracias a su vibración: «es como un instrumento musical que transforma la vibración del color en vibración de sonido y las dirige directamente dentro de su cabeza».
Harbisson utiliza una antena que detecta las ondas sonoras que emiten los colores, produciendo un sonido que el artista reconoce. Esta es capaz de reconocer el color de la piel de las personas e incluso los que recibe vía satélite. Así es como cada rostro y objeto se compone de notas musicales, algo como un «retrato» de sonido.
Incrustarse una antena en la cabeza sonó como una idea bastante descabellada para los comités de bioética, por lo que Neil tuvo que buscar un doctor que realizará la cirugía de manera anónima. La antena de Harbisson consta de 4 implantes: dos implantes de antena, un implante de vibración/sonido, y un implante para conectarse a internet vía Bluetooth.
Antes había 5 personas, una en cada continente, con permiso para enviarle imágenes, sonidos o vídeos directamente a la cabeza pero decidió que solo ahora solo una persona tuviera acceso. Actualmente el gobierno británico reconoce la antena como parte del cuerpo de Neil Harbisson, luego de que en 2004 tuvieran semanas de discusión ya que no le dejaban tramitar su pasaporte, pues estaba prohibido aparecer con «elementos electrónicos».
