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Empresas recurren al ‘greenwashing’ sin normativas ni organismos reguladores

Muchas compañías solo quieren obtener los beneficios de ser autosustentables sin arriesgar sus operaciones o modelo de negocio, dicen especialistas.

Desde que comenzó a tomar relevancia el cambio climático en la agenda mundial, cada vez más empresas lo consideran en su planeación estratégica como negocio; sin embargo, ante la falta de normativas y lineamientos, además de una verdadera vigilancia sobre su cumplimiento, muchas incurren al famoso greenwashing, es decir, hacen como que son ambientalmente responsables pero no lo son; informó MILENIO.

Especialistas consideran que este «blanqueo verde» es aplicado por las compañías para obtener los beneficios económicos y reputacionales que representa, pero sin arriesgar o cambiar su modelo operativo.

Está práctica y su creciente tendencia por parte de las empresas fue tema de discusión durante la última reunión de la Conferencia de las Partes (COP27) y en la que la ONU emitió una serie de recomendaciones, así como en el Foro Económico Mundial (WEF) realizado en Davos, Suiza, en enero pasado.

El co fundador de Makesense, Diego Reyeros, comentó que las empresas de manera estratégica están yéndose hacia el greenwashing, cómo poner estampas, cambiar los envases o dando un giro a la narrativa de los productos, porque más del 68 por ciento de las personas creen que pueden tener incidencia en el cambio climático por medio de sus compras.

Algunos distintivos como los de empresa responsable o ecológica, son fáciles de conseguir. (Foto: Especial | MILENIO)

El greenwashing es definido cómo la visión que explica cómo las empresas pueden llegar a limpiar su nombre y reputación con pequeñas acciones que aparentan ser positivas hacia la incidencia ambiental, mientras que esconden detrás un impacto negativo. El Oxford English Dictionary lo define como la creación o propagación de una imagen ambientalista infundada o engañosa.

Diego Reyeros dijo que existen empresas que ofrecen un ajuste mínimo generalmente basado en la comunicación, para poder subsanar de manera ilógica el impacto ambiental que está generando. «Hay mucho conocimiento de los equipos de marketing y posicionamiento qué saben acerca de la apertura económica qué hay respecto al greenwashing».

Existe un mercado muy amplio para los para los consumidores que busca comprar artículos verdes que en realidad no lo son. Diego Reyeros dijo que 75 por ciento de las empresas ven este incremento en ventas apuntando al consumidor de estos productos verdes, por lo que existe un atractivo económico que va en contra del planteamiento original; reportó MILENIO.

Explicó que algunos distintivos como los de empresa responsable o ecológica son fáciles de conseguir, aunque no existe un cambio estructural dentro de la empresa. Añadió que existe un distintivo de carbono cero de una organización global que es muy difícil de obtener por las empresas, ya que implica cambios sustanciales que tienen un alto costo económico.

«Sí de un lado no tenemos los incentivos económicos y por el otro hay una regulación muy poco explorada, el resultado no atiende a la parte estructural y va encaminada sólo a la de comunicación, por lo que es muy difícil que podamos evitar el greenwashing».

Informe global

La presidenta del panel de la ONU, Catherine McKenna, señaló en un informe que el lavado verde perjudica la lucha contra el cambio climático, mientras que su secretario general, Antonio Guterres, enfatizó en qué se debe de tener tolerancia cero para el greenwashing.

Durante su participación en el WEF, Guterres dijo que cada vez más empresas tienen compromisos de cero emisiones, pero son dudosos o turbios, “esto engaña a los consumidores, inversores y reguladores con narrativas falsas. Alimenta una cultura de desinformación y confusión climática y deja la puerta abierta para el greenwashing”.

El cofundador de Makesense, organización internacional que diseña programas de impacto social y ambiental, dio como ejemplo de esto el Mundial de Qatar, que durante muchos años se promovió como el primer mundial de la historia con ‘cero emisiones’, pero solamente consideraba ciertos momentos de los partidos y no toda la infraestructura alrededor como los viajes de los turistas, la construcción de los estadios, el transporte local por mencionar algunos puntos; señaló MILENIO.

«Jugaron un poco con la manera de medir las cosas y pudieron decir que eran carbono neutro, cuando realmente no estuvieron considerando la mayoría del impacto ambiental que detona el mundial. Esto es un ejemplo clásico y perfecto de lo que es el greenwashing, en esta perspectiva de qué puedo jugar ya sea desde la ignorancia o desde la proactividad corporativa con los números, o con la actitud que estoy tomando y nombrándome Net Zero, porque no hay nadie allá afuera, ni la ONU ni ningún gobierno que me pueda decir cómo medir mi huella de carbono», refirió Diego Reyeros.

La ONU recientemente emitió una serie de normas para combatir el greenwashing y que sientan las bases sobre las acciones a seguir para evitar caer en lo que ellos denominan la ecoimpostura. «No hay algo eficiente hoy en día que pueda darnos esta guía y es muy difícil que haya un regulador detrás que pueda estar buscando incidir en si una empresa no está diciendo la verdad», dijo Reyeros.

Además los usuarios pagan un impuesto verde en productos que no lo son, ya que de acuerdo con un estudio de Business Action for Climate, las empresas saben que pueden obtener un beneficio económico con esto, los consumidores difícilmente podrán detectar si una compañía está cumplió con los compromisos que presume.

Debe analizarse cada caso

Diego Reyeros comentó que analizar un producto para saber si es verde no es fácil. Apuntó que es necesario ver más allá, como de dónde viene el producto, cuánto tuvo que trasladarse, quién lo está produciendo, si tienen buenas prácticas, aunque advirtió que es complicado hacer esto constantemente.

Añadió que la culpa del cambio climático no está en el individuo y son las empresas y transnacionales, los que están estructurando la economía en un nivel de explotación absurda. «El greenwashing es una de las problemáticas más viejas del cambio climático, desde los 70 con el tema de la huella de carbono, con las petroleras y la narrativa de culpar a los consumidores»; informó MILENIO.

Diego Reyeros aseguró que la huella de carbono es un invento corporativo para ponerle el peso a los individuos en temas de cambio climático, es decir, que los consumos que realizamos como usuarios están mal. «Son los corporativos que tienen estructuras altamente explotadoras del medio ambiente, los primeros que usan esta narrativa para darle la culpa al individuo y así cambiar esa perspectiva».

Imagen Portada: Internet | MEDIOS

Fuente:

// Con información de MILENIO

Vía / Autor:

// Staff

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Autor: lostubos
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