Por Francisco Tijerina Elguezabal
Hemos caído tan bajo que la reformulación de lo obvio es la primera obligación de un hombre inteligente. // George Orwell
Se creen tan listos que terminan siendo tan obvios.
Por más que intento no alcanzo a comprender de donde proviene toda la terquedad, empecinamiento y tozudez de “ensuciar” (por no decirlo con otra palabra) las buenas acciones pretendiendo darles un trasfondo político.
¿De verdad creen que los ciudadanos son tan tontos como para tragarse su cuento?
Toda la buena intención de habilitar zonas seguras para mujeres que se sientan en riesgo dentro de una cadena de supermercados se va por la coladera al denominarlas con el color del partido en el poder.
¿Es en serio eso de “Puntos Naranja”?
El Instituto Estatal de las Mujeres, en colaboración con HEB, realizó la apertura de 40 «puntos naranja» que servirán como zonas seguras para mujeres que se sientan en peligro.
Habiendo 39 colores básicos, a las brillantes mentes del Instituto Estatal de las Mujeres únicamente se les ocurrió -¡oh casualidad!- ponerles precisa y justamente el naranja.
Pero si no entiendo la obviedad de la dependencia estatal, mucho menos comprendo el por qué una cadena como HEB se presta a esta treta que tiene como propósito… ¿para qué le explico lo obvio?
Y mucho menos consigo razonarlo cuando el principal competidor de HEB, es decir Soriana, tiene como color primario de su marca justamente el color naranja?
¿Tan obvio, tan obvio y nadie se dio cuenta?
Son tan listos que terminan siendo tan… obvios.
