La cantante Britney Spears, quien se encuentra inmersa en una delicada batalla legal contra su padre a fin de arrebatarle el control sobre ciertas parcelas de su vida que se desprende de la ‘tutela económica’ que este ejerce sobre ella, podría retirarse definitivamente de los escenarios o abandonar directamente la vida pública si se cumplen los deseos de otra de las personas más influyentes en el día a día de la artista, su leal mánager Larry Rudolph, quien cuenta con la confianza plena de la princesa del pop y podría jugar un papel esencial en la elección de su rumbo futuro.
“Como persona que guía su carrera profesional, y basándome en la información de la que dispongo en estos momentos de todos los profesionales que han trabajado con ella, tengo muy claro que [Britney] no debería retomar su residencia de Las Vegas, ni en el futuro próximo ni el lejano, posiblemente no debería volver en absoluto”, ha asegurado Rudolph en unas impactantes declaraciones al portal de noticias TMZ.
Tras haber pasado un mes entero internada en una centro de rehabilitación para poder sobrellevar la ansiedad y el estrés derivados de los problemas de salud que ha venido atravesando su padre en tiempos recientes -o esa es al menos la versión imperante a día de hoy sobre su ingreso-, la cantante Britney Spears acudía el pasado viernes a los tribunales para tratar de convencer al juez de que ya era hora de que recuperara -al menos en parte- el control sobre una serie de asuntos esenciales de su ámbito más personal, fundamentalmente de carácter económico.
Hay que recordar que la tutela sobre las finanzas de la princesa del pop se encuentra en manos de su mencionado progenitor, Jamie Spears, desde hace algo más de una década y como resultado de la profunda crisis nerviosa que sufrió la diva en 2007. En ese sentido, el testimonio que ofreció la intérprete en el juzgado no pintaba precisamente una buena imagen de su padre, ya que no dudó en justificar su petición haciendo referencia a la posibilidad de que Jamie le hubiera “forzado” de alguna forma a entrar en la citada clínica e incluso a “tomar drogas”, quizá para seguir dando la impresión de que no estaba capacitada para tomar sus propias decisiones.
Esta visión de lo sucedido, la cual fue dada a conocer por TMZ tras contactar con testigos presenciales de la sesión judicial, se vería respaldada por la madre de Britney, Lynne Spears y, de ajustarse por completo a la realidad, validaría hasta cierto punto esa campaña que se puso en marcha en las redes sociales -bajo la etiqueta #FreeBritney- para exigir la ‘puesta en libertad’ de la artista.
Sin embargo, la solidez de tales argumentos se ha visto cuestionada por el hecho de que Jamie nunca ha tenido potestad alguna, al menos desde el punto de vista legal, para tomar decisiones ligadas al bienestar psicológico de su famosa hija.