Por Obed Campos
Sus malquerientes insisten en que Samuel García no aprendió nada de la reciente sacudida que aparentemente le dio el destino, que “lo obligó” a regresar a Nuevo León a reasumir su cargo al frente de la Gubernatura.
Eso es lo que dicen sus malquerientes, a pesar de que “El Gobernatore” no les cumplió el tango, es decir, no volvió con la frente marchita, como cantaba Gardel.
Gente que deveras le sabe al tema del análisis político me sugirió que este capítulo podría llamarse “Gobernatore Revenant”, o “Samuel Reloaded. El Renacido”.
¿Síntomas de tal afirmación?
Pues no se ve que Samuel ande arrastrando la cobija y manchando el apellido sino más bien distingo a una especie de personaje tipo el conejito de los comerciales que sigue y sigue y sigue ¡como Energizer!
Samuel no se ha estado quieto ni por un minuto y no le ha bajado al volumen ni media raya.
Si una pena embarga al gobernador de Nuevo León, o pasa por alguna depresión postraumática… Oiga, yo quiero síntomas iguales…
Y aunque López le hereda a “la hija”, como lo marca el canon, de alguna manera Samuel es el heredero de la buena voluntad del macuspano… Si es que eso de “la buena voluntad” existe en el alma lopina y se le pudiera llamar así.
Pero niégueme que Samuel es una suerte de “Cachorro de la 4ta transformación”.
Gente de allá me ha confiado que la frase: “Háblenle al güerito”, se escucha muy seguido en las oficinas de Palacio Nacional.
¿Qué falta mucho para el año 2030? Pues sí, pero como bien dice el adagio mexicano, no hay plazo que no se cumpla, ni fecha que no se llegue y si usted se desespera, estese quietecito:
No hay que perder de vista para ese mismo año al coahuilense Manolo Jiménez, pero por supuesto que a Samuel García y hasta el suertudo inútil de Luis Donaldo Colosio, del cual esperemos que madure un poco.
Estos jóvenes bien podrían formar un trío y bautizarlo como “La División del Norte”, porque ya verá usted como van a arrasar con el cuadro.
De mi se va usted a acordar.