Por José Jaime Ruiz
Con Mario Delgado y Claudia Sheinbaum todo cabe en el jarrito del Proyecto 4T… sabiéndolo acomodar. El pragmatismo contra los principios o la razón práctica contra la razón ética. No se trata de excluir, se trata de filtrar para poder ser incluyentes. Ante el Proyecto, ante la Cuarta Transformación, Rommel Pacheco es un impresentable. ¿Cómo puede favorecer al Proyecto alguien que está en contra del Proyecto?
Que no somos iguales, dice la gente… y el dirigente. Y si Morena no quiere ser igual que el PRIAN y sus concertacesiones, lo mejor es cerrarle la puerta a los arribistas. No se trata de ti, Claudia Sheinbaum, se trata del Proyecto y en este Proyecto no caben personajes que han estado en contra del Proyecto, ¿ya se te olvidó que Rommel se opuso, entre otras cosas, a la Reforma Energética de la 4T? ¿Y su cercanía con el PRIAN y los calderonistas? La política es congruencia, repite una y otra vez el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Uno de los voceros oficiales de Sheinbaum, Gerardo Fernández Noroña, desde ese centralismo nocivo y colonial que asume que fuera de la Ciudad de México todo es Cuautilán, ningunea a Mérida y a los militantes de Morena en Yucatán que se oponen a la candidatura espuria de Rommel Pacheco: “En el caso de Rommel si tú dijeras va por una de las alcaldías… que va por Iztapalapa, cabrón, que ganamos y es nuestro bastión y se lo estamos regalando, pues sí está cabrón, ¿verdad? Pero va por un lugar que no gobernamos, que es Mérida”.
La justificación de Fernández Noroña es ridícula, se trata ahora de fines pragmáticos, no de principios éticos, todo contra lo que ha luchado Andrés Manuel López Obrador y los militantes del movimiento. Exacto: seguir en la ruta del arribismo que ha llevado a impulsar a Lilly Téllez o Germán Martínez a sus curules. Cuando triunfa el pragmatismo, mueren los principios. La 4T como la novela de George Orwell, Rebelión en la granja.
Morena, bajo la dirigencia de Mario Delgado, está en subasta, ¿cuál prianista da más por una candidatura? Rommel Pacheco es el primer gran error de la campaña de Claudia Sheinbaum en este 2024. Aquí no hay limpieza de sangre, los conversos seguirán siendo “criptoneoliberales”, “criptoprianistas”. La verdadera doctrina de la derecha es la hipocresía. Ahí está el discurso del traidor Rommel.
Claudia Sheinbaum, ¿de qué te sirve el bastón de mando cuando los que mandan son los hipócritas, los pragmáticos, los arribistas? Ya, entiende Claudia, Rommel es una bofetada a la Cuarta Transformación, al Proyecto. Y, se sabe, el pueblo no es tonto; tonto quien crea que el pueblo es tonto.
