Por Félix Cortés Camarillo
Al observar las escenas del ataque terrorista del narco en Ecuador, particularmente de la toma de una televisora en Guayaquil, alguien comentaba cómo le recordaba a cualquier escena de una mala película de los hermanos Almada. No nos engañemos: lo que vimos no es más que la cruda realidad que poco a poco se va apoderando de nuestro continente, escenificada en un país pequeño y tranquilo a pesar de estar rodeado de centros de operación del narcotráfico manejados aparentemente desde México. Colombia, Perú, Bolivia, sus vecinos, son centros de maquila para las drogas. Guayaquil puede haberse convertido, y seguramente así ha sido, en centro de embarque para todo el mundo.
Podríamos pensar en una tragedia lejana y ajena.
Sería un grave error: más de la mitad del territorio de nuestro país está controlado por el crimen organizado y la violencia y el asesinato son cotidianos en modos mucho más brutales que los usados en la toma de la televisora ecuatoriana. La captura de algunos de los facinerosos no ha puesto fin a la pesadilla del terror de los ecuatorianos. Una pesadilla de terror que puede presentarse, en cualquier momento, en México. Esta es una segunda llamada, particularmente para los trabajadores de los medios de comunicación.
El gobierno del cuatrote le apuesta a nuestra mala memoria. Quiere que se nos olvide la primera llamada de este drama, el intento de asesinato de Ciro Gómez Leyva un quince de diciembre que Lopitos y sus secuaces quieren que se olvide. Que no insisamos en saber quién y por qué lo mandó matar sin éxito.
No hay que olvidar que en el teatro, lo que sigue es “tercera llamada, tercera; comenzamos”
PARA LA MAÑANERA (Porque no me dejan entrar sin tapabocas): Si quiere, Dante Delgado Ranauro puede decir misa, pero Samuelito el de Nuevo León le comió el mandado en el destape de Jorge Álvarez Algo como candidato de MC a la presidencia de la República. Movimiento Ciudadano hizo gobernador a Samuel García: Samuel García, con su albazo, puede llevar a MC a perder su registro con un candidato como el destapado, quien reconoce que siete de cada ocho mexicanos no sabemos quien es.
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