Por Francisco Tijerina Elguezabal
“Las personas que hacen poco ruido son peligrosas.” // Jean de La Fontaine
En tiempos cuando la sobre exposición mediática, sobre todo en redes sociales, es casi una norma y en los que hay que subir un post hasta cuando vas al baño, hay personas a las que les funciona el volar bajito, el no hacer ruido, el mantener no un bajo, sino un bajísimo perfil y con eso se conforman.
Así, pasar de puntillas es lo de alcaldes como Andrés Mijes que aparece poco, casi nada; no habla, no comenta, no participa, no se involucra, no se compromete; mantiene una relación conveniente con el Estado y no le hace segundas a sus homólogos que están peleados, no les hace testera tampoco a los diputados.
Mijes está en lo suyo, buscando la reelección en Escobedo, sin mirar y pidiendo que no lo miren en el resto del área metropolitana.
Trabajo de tierra, poco aire, mínima exposición; gastar suela, caminar, atender sus estructuras, con eso hay y no se requiere más para continuar.
Pareciera un trabajo fácil, pero en realidad el camino elegido por el alcalde escobedense tiene un problema: su nula trascendencia, porque acabando el encargo, si no varía su estilo, tendrá que irse a su casa ya que no tendrá más futuro político, por lo que tendrá que conformarse, si acaso, con las migajas que le dejen.
“Más seguro, más marrao”, dicen en mi pueblo, pero también sentencian que “no todo lo que brilla es oro” y lo que hoy puede significar un camino sin turbulencias, mañana se convertirá en una cuesta empedrada y todo por jugar a la segura.
Los que vuelan bajito también se caen.
