La cantante, ganadora del Grammy Latino a la excelencia musical, platicó con M2 no solo respecto a sus próximos festejos, sino que nos llevó por un paseo nostálgico desde su infancia hasta este momento de celebración por cinco décadas cantando. El juego de la fama, la vigencia y hasta la física cuántica fueron algunos de los temas por los que navegamos con ella previo al inicio de este festejo, que incluye también la reinterpretación de uno de los más clásicos de los boleros; informó MILENIO.
Hoy llegas aquí para compartir dos celebraciones Guadalupe, ¿Nos cuentas?
Voy a celebrar mis cincuenta años como cantante. El 10 de mayo en el teatro Metropólitan.
En 50 años ha cambiado todo y nada en la música, ¿no te parece?
Completamente, fíjate que yo empecé cantando en lugares muy chiquitos, en peñas folclóricas latinoamericanas, ganando 33 pesitos y los tacos; esos eran aparte. Felizmente, como dices, mi carrera ha sido de muchos cambios y vivencias. Afortunadamente hoy estoy aquí, frente a ti, vigente y con la voz perfecta, lo cual me da una gran alegría porque hay que tener la voz bien para seguir cantando.
Al maestro Manzanero
Guadalupe también hará un homenaje a Armando Manzanero interpretando clásicos como “Esperaré”, “Ahora que te vas” y “Por debajo de la mesa” en este concierto.
No todos los que cantan son necesariamente cantantes. ¿Ante todo tú eres tu voz?
Por supuesto, ante todo. Considero que mi crecimiento se dio gracias a mi voz, a mi desempeño y a seguir puliéndola. Yo nací, genéticamente hablando, en una familia de músicos. Mi abuela Ángela era una mujer que tenía una voz preciosa. De ahí la heredó mi mamá, Doña Josefina Aguilar, y yo la heredé de ella; mi hija de mí, ¡y mis nietos de mi hija! Sin embargo, si tu naces con un brillante pero no lo pules, no lo trabajas, pues no pasa nada.
¿A qué edad te diste cuenta de que esta va a ser tu vida, pasión y profesión?
Siempre me gustó cantar, desde muy chiquita, en la familia era: “Que cante Lupita». Y ya cuando tomé la decisión, porque ya no podía más, yo iba a la universidad, a la UNAM, a la Facultad de Ciencias Políticas a estudiar Sociología. Pero me había ido de mi casa muy chica y ya no regresé nunca, así que para comer cantaba en estas peñas. Iba al turno matutino de la UNAM, a las 7 de la mañana, de 7 a 1; me presentaba en las noches y acababa de cantar a veces a la 1 de la mañana. Entonces llegó un momento en el que ya no pude seguir las dos cosas. Y un buen día le dije a Don Agustín Pineda, un hombre muy culto, siempre con un libro en las manos: “Papá, ¿qué crees? Quiero dejar la universidad”. ¡Bueno! Deje la universidad, siempre con el apoyo de él, pero me dijo: “Si lo vas a hacer hazlo en serio”. Y vaya que lo hice en serio.
Para las nuevas generaciones con toda esta nueva tecnología, ¿cómo les dirías que se hace en serio?
Hay que dedicarse en cuerpo y alma con mucha pasión, y sobre todo con mucha perseverancia. Porque esta es una carrera que luego es muy difícil, es muy complicada y tienes que dedicarle mucho tiempo. Estudiar, estudiar y estudiar todo lo que puedas.
Háblame de tu selección de canciones en estos 50 años de carrera.
Siempre he buscado que la música diga algo, que sea propositiva. Yo digo que me gusta cantarle a “las buenas razones”. Entonces siempre busco que las canciones tengan algo. Sí que sean bellas estéticamente, con buena música, porque si no te contagian de emoción no importa que tenga una bonita letra. Pero más al contrario, no importa que tenga una bonita melodía si no dice nada la canción.
Voces femeninas
Se llevará a cabo un gran homenaje a mujeres compositoras y cantantes como María Grever, Ema Elena Valdelamar e incluso Edith Piaf.
Tienes una nueva versión de una de tus canciones favoritas…
Hice una nueva versión; hace unos días estrenamos mi nueva versión de Historia de un amor, que es un gran clásico; un bolerazo de toda la vida. Estoy estrenando esta nueva versión, con algunas cosas diferentes, con un nuevo video. Es un tema que me ha acompañado a lo largo de los años, ha estado presente gran parte de mi vida y es una canción que amo.
¿Te has fijado que hay una tendencia en TikTok de “descubrir” el bolero?
¡Qué bueno! Esas canciones nunca mueren. Vale la pena que las nuevas generaciones conozcan otras cosas que han estado ahí desde hace mucho tiempo y que son bellísimas.
Hoy vuelvo a oír canciones como Coincidir y recuerdo exactamente cuando la escuché por primera vez y quién era entonces. ¿Te pasa algo así con tus éxitos?
Cada vez que las canta uno son emociones nuevas, porque depende mucho desde dónde las estés cantando. Son temas que no se pueden ir, son canciones que tengo que cantar, que me dicen muchas, muchas cosas. Justamente de Coincidir esa parte que dice: “Tantos siglos, tantos mundos, tanto espacio … y coincidir”, ¡Es mágico! Es física cuántica.
Me encanta que digas eso, porque leyendo un gran libro de ciencia ficción y no podía dejar de escuchar esa canción …
Y es coincidir. Son esas canciones que te dan emociones muy diferentes según el momento que la vivas. Otra de las grandes canciones que no se me despegan de la piel, que las tengo tatuadas, es Yolanda o Te amo, de Pablo Milanes. Ese tema que me catapultó de esos lugares chiquititos, de cultura, intelectualidad de aquella época, y de pronto se convirtieron en masivos cuando grabé Yolanda. De esas canciones de la nueva trova cubana que no eran comerciales, me hacen llegar a un mundo desconocido para mí, un mundo de masas: se vendieron más de un millón de discos; esa es una canción mágica de Pablo Milanes. Hay muchas canciones: Cómo fue, Cuando vuelva a tu lado, Todo cambia, que yo le escuché a mi mamá musical, que fue Mercedes Sosa. Nos hicimos muy amigas años después. Me invitó a cantar a Buenos Aires, Chicago, Nueva York. Siempre platicábamos.
Regreso al estudio
Guadalupe Pineda planea grabar un álbum de boleros para que después del sencillo Historia de un amor”, su voz nos vuelva a explorar los grandes clásicos.
A estas alturas, ¿te da risa el juego de la fama?
La fama para mí es pasajera. Es como si estuvieras en una rueda de la fortuna. A veces estás arriba, luego bajas, puedes volver a bajar o subir. No te la debes tomar en serio nunca. Lo más importante es recordar de dónde vienes, el esfuerzo que te tocó para llegar a donde estás, y claro, tratar de mantenerte en el nivel que tú quieres, seguir vigente, por supuesto.
Imagen portada: Especial | MILENIO