El tema de seguridad desató la polémica entre los candidatos presidenciales, pues mientras Xóchitl Gálvez reveló una supuesta investigación de Estados Unidos contra Mario Delgado, Claudia Sheinbaum respondió que el PRI tiene más ex gobernadores prófugos que en funciones; informó MILENIO.
En tanto, en el último debate Jorge Álvarez Máynez se lanzó contra Israel e hizo suyo el proyecto de Ebrard contra las armas.
Asimismo, Sheinbaum insistió en que es el “PRIAN el que tiene más gobernadores corruptos y prófugos” y calificó de “palabrería” las acusaciones en su contra y su partido, y pidió leer libros con mejores fuentes.
Recordó la guerra contra el crimen de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto dándole continuidad, ambos de los partidos que hoy encabeza Xóchitl Gálvez, y aseguró que la estrategia de López Obrador es diferente porque busca “construir la paz”.
Aunque el INE ha tenido que editar tres veces el segundo debate presidencial por calumnia e imputación de delitos sin pruebas, la candidata de la oposición explicó sus razones:
“Llamé ‘narcocandidata’ a Claudia Sheinbaum, pero no es un apodo ni un insulto, es una descripción de hechos. En el libro de Anabel Hernández se establece que los testigos protegidos que tienen a García Luna en la cárcel son los mismos que aseguran haberle dado dinero al actual Presidente para campañas.
“En el último capítulo llamado ‘La Heredera’ dice claramente cómo Sheinbaum y su secretario recibieron sobornos y droga”, incluso sostuvo que ya presentó una denuncia.
Y no dejó pasar el saludo de López Obrador a la mamá de Joaquín El Chapo Guzmán, pero vino la respuesta de Sheinbaum desacreditando el libro mostrado por Gálvez: “nada más decir que las fuentes de ese libro, creo que son mejores las del libro de La reina del sur, de Arturo Pérez-Reverte, o mejor le recomiendo ciencia ficción, por qué no lee a Ray Bradbury, Fahrenheit 451, o de plano Crónicas marcianas”.
El candidato de Movimiento Ciudadano pintó su raya: “Conmigo no se tienen por qué preocupar de cuál García es peor, si García Luna o García Harfuch”.
Después, Gálvez justificó llamar a Morena “narcopartido” por los supuestos vínculos de Mario Delgado con Sergio Carmona, quien está ligado con el crimen organizado y quien presuntamente financia campañas con dinero ilícito, y fue más allá llamando a la coalición “capos de la droga”. Y el abanderado de MC aprovechó para volver a deslindarse: los únicos que no tenemos financiamiento del crimen organizado somos nosotros.
La de Morena revivió el fantasma del fraude y convocó a un voto masivo que dé un amplio margen entre el primero y el segundo lugares; Xóchitl Gálvez abogó para que la esperanza cambie de manos y se elija un nuevo camino y Jorge Álvarez Máynez terminó por aceptar que voten por sus opositoras, pero que nadie desprecie las urnas.
Ya afuera, en conferencia, Sheinbaum dijo que ni la marea rosa ni el tercer debate cambiarán la tendencia del voto.
Xóchitl Gálvez acusó a Morena de mentir y criticó el autoritarismo, el abandono a las víctimas, la corrupción y la tolerancia a los grupos criminales, los acusó de ser bandidos y de tener el partido lleno de lo peor de lo que las fuerzas políticas ya se deshicieron y enalteció la marcha de apoyo de la marea rosa.
“Claudia no te voltea a ver, no te escucha, es indiferente. Ella tiene este corte autoritario igual que el Presidente. Hicimos esta manifestación y le sigue doliendo tanto a la señora, porque obviamente salieron los ciudadanos libres, porque yo me he comprometido a defender al INE, a defender las instituciones democráticas, por eso la gente salió a respaldarme por miles y miles sin un solo acarreado”.
La ex jefa de Gobierno tenía listo su cierre: “Ellos son la corrupción, nosotros somos la honestidad; ellos el autoritarismo, nosotros la democracia; ellos la represión, nosotros la libertad; ellos los privilegios, nosotros el bienestar y los derechos; ellos el saqueo, nosotros la defensa del patrimonio; ellos la mentira, nosotros la verdad.
“Ellos son fraudes, nosotros elecciones libres; ellos el clasismo y el racismo, nosotros el humanismo; ellos defienden a unos cuantos, nosotros al pueblo de México; ellos son el pasado, nosotros el presente y el porvenir”.
Álvarez Máynez no llamó a votar por él: “en las universidades les he dicho a los jóvenes que deben votar el 2 de junio para que nadie decida por ellos y si yo tuviera que elegir entre el PRIAN y Morena no sabría por quién hacerlo, les he dicho que es preferible que voten por una de esas dos opciones a que no voten”.
Las dos candidatas evadieron temas incómodos: la legalización de la mariguana, la despenalización del aborto y el punitivismo que tiene a tantos pobres en las cárceles, pero intercambiaron acusaciones por programas sociales, corrupción y religión.
“Aquí la candidata de las mentiras se la pasa diciendo que vamos a quitar los programas sociales, eso es falso, ellos extorsionan a la gente diciéndoles que si no votan por Morena se los van a quitar, te invito a que les digas que los programas sociales están protegidos en la Constitución”, retó Xóchitl.
Sheinbaum y Álvarez Máynez unieron en varios momentos ataques contra Xóchitl: la disparidad entre lo que prometen y lo que han hecho los gobiernos de sus partidos: “En todo, la candidata del PRIAN dice que ella es la que le entiende, por qué no le explicó a Fox o a los gobernadores del PAN”, dijo Álvarez Máynez.
La de Morena se enfocó en esquivar las acusaciones con la frase recurrente de no caer en provocaciones: “Es una provocación en la que no voy a caer”.
En política exterior, Xóchitl también señaló que a diferencia de Morena, su gobierno no se doblaría como el actual lo hizo ante Trump y que ella no nombraría a gobernadores en embajadas a cambio de que cedieran sus gobiernos en las elecciones.
Hubo segmento de religión: “¿le contestaste al papa cómo usaste la Virgen de Guadalupe en una falda, a pesar de que no crees ni en Dios? Eso es una hipocresía”, acusó la panista.
Los temas dieron oportunidad para una lluvia de ataques: Rusia y Putin, Maduro y Venezuela, la Virgen, el ex ministro Arturo Zaldívar y sus presiones a jueces, la ministra presidenta Norma Piña y sus amagos a magistrados.
Imagen portada: Especial | MILENIO
