«Yo quería ser como tú —le acaba de confesar Jane Fonda a Joan Báez—Con tu espíritu libre, llevando todas tus pertenencias en una bolsa de lona, durmiendo en sofás. Yo quería ser tú”. Y Fonda no era la única chica que a inicios de los años 60 quería ser como Báez; eran legión; informó MILENIO.
La imagen de la pacifista Joan Báez recorriendo países con preciosa y sencilla vestimenta quedó impresa en los diarios de mayor circulación y prestigio. Cantando en campus universitarios, festivales, salas de concierto. En 1962 la revista TIME la volvió «portada». Los discos que desde 1960 grabó con el sello Vanguard duraban años en las listas de «lo más vendido», y cuando promediada la «década de las flores», ya otros la rebasaban en fama y ventas, Joan Báez siguió siendo reverenciada como «La Gran Dama del Folk».
La voz adecuada
Y es que, desde su púlpito folk, Joan Báez volvió masivo el canto de protesta. En marchas antirracistas, en manifestaciones antibélicas, en sus grabaciones discográficas, y sobre todo en sus mágicos conciertos, su voz transmitía la esperanza de que el mundo podía ser mejor.
¿Cuándo se dio cuenta Joan de su talento vocal?, se le ha preguntado. «Desde muy joven». Efectivamente, desde que fue rechazada en el coro escolar de niñas blancas. En ese momento, la pequeña Joan corrió a casa, se paró ante el espejo, se tocó la nuez y emitió un sonido todavía tierno, pero vibrante.
A partir de allí, Joan fue adquiriendo una enorme confianza vocal hasta advertir que «no tenía competencia». Báez había nacido con un regalo para el mundo, o como le dijo Jane Fonda en una conversación reciente: «Con una voz como la tuya no tienes que llevar nada encima» (Interview Magazine, 25 de octubre de 2023).
En sus conciertos, los asistentes se sienten arropados por su voz de seda: «Por alguna razón tuve la voz adecuada en el momento adecuado«.
Y la conciencia de poseer una voz grandiosa nació al tiempo que su tío la llevó a un concierto del folclorista Pete Seeger; al tiempo (1956) que escuchó los profundos mensajes radiales de Martin Luther King Jr., luchador social al que, más tarde, Joan acompañaría en la gran congregación antirracista de Washington y en la marcha de Selma-Montgomery, entre muchos otros eventos en los que se promovieron los derechos civiles de los afroamericanos; el derecho a votar y ser votado.
Ella estuvo allí
Joan Báez nació en un hogar en el que el mexicano Albert Báez les reiteraba a sus hijas que no debía haber diferencias entre negros y blancos, ni entre pobres y ricos; donde la matriarca escocesa Joan Bridge les inculcaba el pacifismo y la no violencia a sus criaturas.
Igualdad, no violencia, no discriminación. Cantando el himno de los derechos civiles “We Shall Overcome” en la marcha de Washington (1963); participando en conciertos y marchas contra la intervención bélica de Estados Unidos en Vietnam (1964-1975), Joan Báez estuvo allí.
En los actos conmemorativos del asesinato de Harvey Milk, el primer alcalde abiertamente gay de San Francisco (1978). Cantando ante cientos de miles que repudiaban la invasión estadunidense a Irak (2003), Joan Báez estuvo allí.
Acompañando en plena dictadura chilena a las madres de los desaparecidos, Joan Báez estuvo allí.
Junto al cineasta Michael Moore que en 2004 recorrió los campus exhortando a las comunidades universitarias a votar por candidatos pacifistas, Joan Báez estuvo allí.
Joan Báez apoyó a César Chávez, líder de los agricultores chicanos. Y también al demócrata checo Václav Havel. Acompañó a su amiga Bonnie Raitt que luchaba contra la tala de secuoyas en Headwaters, California (1999). Con miles festejó los 90 años de Nelson Mandela. En 2023 visitó Ucrania en una misión de paz. El 26 de febrero de 2024 hubo una gala musical en el Carnegie Hall (Nueva York) a beneficio de la Casa del Tíbet y Joan Báez cantó allí.
Un descalabro llamado Bob
La pregunta que sigue es: ¿ha tenido vida sentimental la ocupadísima cofundadora del Instituto para el Estudio de la No Violencia (1964)? Vaya que sí, y en alguna ocasión fue tórrida y devastadora. El objeto de su afecto aún vive y se llama Bob Dylan. Báez todavía lo está perdonando por haberle roto el alma.
Fue Joan Báez quien presentó a Dylan con los funcionarios de las disqueras; «escúchenlo», insistía. En 1963 lo invitó a actuar en el Newport Folk Festival, y a dúo cantaron “With God on Our Side”, un tema de Dylan.
El idilio artístico y sentimental sólo duró un par de años porque después de la ovacionada actuación de Dylan en Londres (1965) todo cambió. Con todo el éxito de su lado, «Bobby se alejó de todos, fue un cambio muy repentino —revela Báez—. Tantas drogas y tanta virilidad no me convenía. Ya no tenía lugar allí. Fue horrible».
En 1969, Joan tuvo un hijo con el activista David Harris. Al salir de la cárcel en la que David cumplía condena por negarse a servir a la patria en Vietnam, se casaron; un par de años después se divorciaron amistosamente.
«Estoy hecha para vivir sola», ha dicho Joan repetidamente, aunque a inicios de los 80 tuvo un romance fugaz con Steve Jobs, cofundador de Apple Inc. Ella cantó en su funeral (2011).
Efectivamente, Joan Báez está hecha para vivir sola y también para hablar sin tapujos de su «muy hippie» vida sexual. Cuando en la citada entrevista, Jane Fonda le menciona un romance con Jerry García, pontífice psicodélico y líder de la banda Grateful Dead, Báez precisa: «No fue con él, me acosté con Mickey Hart, su baterista. ¡Ah! y por cierto, Jane —apura Báez—, no me acosté con tu marido». «Lo sé», le confirma Fonda.
Hechas las paces con Dylan al que le ha compuesto canciones (“Diamonds and Rust”) y le ha pintado retratos mientras tararea “Blowing in the Wind”; habiéndose perdonado por haber sido una madre ausente para Gabriel Harris Báez, Joan arremete ahora contra su padre, el científico poblano que participó en la creación del microscopio de Rayos X y no quiso colaborar en el proyecto de la bomba atómica.
«No hay pruebas, pero estoy segura de que Albert Báez abusó sexualmente de mí y de mi hermana Mimi», asegura Joan en I Am The Noise (Navasky, O’Connor y O’Boyle, 2023), documento cinematográfico que utiliza los videos, fotografías y cartas del archivo personal de Joan Báez.
I Am The Noise deja en el espectador la sensación de que esta acusación es el objetivo principal del documental, aunque Joan ya había perdonado a su padre que en su momento argumentó que la “terapia de la memoria recuperada” le había creado recuerdos falsos a su hija.
Su voz es el mensaje
Hoy, Joan Báez duerme en un colchón colgado a un árbol «consejero» («hace 20 años que no voy a terapia; voy al árbol»); está rodeado de merenderos para pájaros que acompañan a Joan en sus momentos de insomnio porque “las cosas están peor que nunca», comenta Joan Báez que a los 83 años lamenta no haberse reído cuando Al Capp le dedicó en 1967 una caricatura en la que una cantante comunista llamada Joanie Phoanie, viajaba en limusinas y ligaba rorros o cuando los actores de Saturday Night Live la parodiaron en «Haz reír a Joan Báez» (1986).
Aunque ahora Joan Báez se dobla de risa al ver parodiada su seriedad juvenil, la estrategia elegida fue la correcta en un momento tan tenso en el que si Martin Luther King Jr. reía o bromeaba, era atacado por los agentes anti-King del FBI.
¿Cabía la risa al llevar a la escuela a los niños negros que eran amenazados por el Ku Klux Klan? ¿Cabía la carcajada cuando Báez corría al refugio durante el bombardeo estadunidense en Hanoi? ¿Podía Joan mostrarse sonriente mientras los militares argentinos le colocaban bombas en su hotel antes de dar el concierto programado (y cancelado) en Buenos Aires? La valentía de la escritora de “Here’s to You” (La balada de Sacco y Vanzetti) siempre será ejemplar.
Con voz nítida y calma, Joan Báez sigue compartiendo su mensaje de resistencia civil sin violencia. Ya no hace giras, pero sí canta en actos benéficos.
Hace seis décadas su imagen en concierto fue descrita a la perfección por Richard Barone: «Joven singular, seria, santa y hermosa, parada sola frente al micrófono, con el pelo lacio y oscuro, colgando, y acompañándose con la guitarra, como en oración».
Claves
Vanguardia remasterizada
En 2001, el sello Vanguard reeditó 13 álbumes de Báez que en su mayoría alcanzaron la categoría de Disco de Oro. Y en 2003, A&M remasterizó los seis longplays que Joan grabó con este sello.
Honor al mérito
En 1962,a los 21 años, Joan Báez fue portada de la revista Time. En 2007 ganó un Grammy por su trayectoria (Lifetime Achievement Award). En 2011, Amnistía Internacional la honró por ser ejemplo inspirador para los activistas del mundo.
En 2020, la Academia de Artes y Ciencias la eligió Becaria por sus contribuciones a la música y el activismo. Así lo dijo «La justicia social ha sido el eje de mi vida; ha sido más importante incluso que la música», Joan Báez. «Tengo un sueño recurrente donde me matan a tiros mientras canto en el escenario. Y no es del todo desagradable», Joan Báez. «Estados Unidos debería disculparse por lo que le hizo a Latinoamérica en los años 70», Joan Báez.
Imagen portada: Especial | MILENIO