El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) expresó este miércoles su “profunda conmoción” por la desgarradora imagen de los cadáveres de un migrante salvadoreño y su hija de 23 meses a orillas del río Bravo, en una tragedia que consideró “inaceptable”.
El titular del ACNUR, Filippo Grando, subrayó que “las muertes de Óscar Alberto Martínez Ramírez y de su hija Valeria representan un fracaso en la respuesta a la violencia y desesperación que empujan a estas personas a realizar viajes peligrosos en busca de una vida digna y segura”.
“Esto se complica por la ausencia de vías seguras para que las personas busquen protección, dejándolas sin otra opción que arriesgar sus vidas”, agregó un comunicado divulgado en la página web del ACNUR.
El organismo exhortó a todos los países de la región a tomar medidas urgentes y coordinadas para evitar tragedias similares, asimismo ofreció su apoyo a todos los gobiernos de la región para garantizar que cualquier persona que necesite protección internacional la reciba sin demora.
La imagen de los cuerpos de Óscar y su hija de casi dos años de edad, que fueron arrastrados por las corrientes del río Bravo cuando intentaban cruzar a Estados Unidos, ha dado la vuelta al mundo, a casi cuatro años de que el niño sirio Aylan Kurdi muriera en condiciones parecidas en las costas de Turquía.
En 2015, Aylan Kurdi, migrante sirio de dos años de edad, murió ahogado al naufragar el barco en el que viajaba por el mar Mediterráneo, luego de escapar junto a su padre de la guerra en Siria.