Por Francisco Tijerina.
“El asunto es el problema; la forma, la solución”
Friedrich Hebbel
La bronca no era de ellos, pero ya la compraron.
La pelota del tema de los Ubers y los taxis estaba en la cancha de la Agencia del Transporte, pero el afán protagónico de los diputados los llevó a quedarse con la posible solución y la responsabilidad del problema.
Ahora, la ya de por sí emproblemada Ley de Movilidad tiene un nuevo frente. Ya no sólo es el transporte urbano, ahora también son los taxis.
Lo que los aguzados legisladores no calcularon es que, se hagan para donde se hagan, terminarán quedando mal con un bando y eso los meterá en problemas. Lo malo es que uno de esos grupos goza del apoyo mayoritario de la ciudadanía, por lo que el tema dejó de ser técnico y se ha convertido en político.
En la lucha por el poder esta batalla no será de personas sino de colores, y a quien apoye el bando equivocado tendrá que quedarse con la loza a cuestas en las próximas elecciones, porque se lo van a restregar a mañana, tarde y noche.
“No te puedes pelear con todos al mismo tiempo”, dice el manual, pero eso de leer manuales es mucho pedir para nuestros empíricos diputados a los que reitero, les ganan sus afanes protagónicos.
Ahora a ver cómo resuelven una bronca que operativamente no es de ellos y que en el ámbito legislativo todavía tiene que esperar y les llevará un buen rato discutir, analizar, aprobar o rechazar, pero los taxis se ocupan todos los días, las 24 horas.
Están entrampados y la bronca no era de ellos.