Ante la negativa de controlar el acceso a las armas de fuego automáticas de los Estados Unidos, una propuesta bipartidista busca impulsar una regla denominada “bandera roja”, misma que permitiría a las autoridades retirar las armas de fuego a personas que sean consideradas un peligro para sí mismos y otras personas.
Luego de las masacres ocurridas en Dayton, Ohio y El Paso, Texas el pasado fin de semana, esta última con tintes de racismo contra los mexicanos, se buscaría avanzar una ley pese a la fuerte influencia del lobby de las armas de fuego en el gobierno norteamericano.
Una ley similar intentó aprobarse en el senado, controlado por el Partido Republicano, el año pasado, sin que se llegara a ningún lado. Sin embargo, en vista de las recientes matanzas, miembros de ambos partidos y el propio Donald Trump han mostrado un presunto interés en su aprobación: “Debemos asegurarnos que aquellos que representen un grave riesgo a la seguridad pública no tengan acceso a las armas de fuego que si lo tienen, esas armas puedan ser retiradas a través de un rápido y debido proceso”.
Las leyes de “bandera roja” funcionan cuando una corte emite una orden de restricción temporal a alguna persona que muestre un riesgo inminente de peligro o mal uso de las armas a las que tiene acceso.
Actualmente, las leyes varían entre los estados que las implementan, pero usualmente se implementan a petición expresa de un miembro de la familia de la persona en cuestión.
La orden tiene una duración corta, por lo general, de unos cuantos días a tres semanas. Si se determina que la persona representa un peligro, se emite una orden más permanente, de hasta un año de duración.
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