Por Obed Campos
De acuerdo con la organización Artículo 19, del año 2000 a estas fechas se han denunciado 131 asesinatos de periodistas en México.
El informe deslinda que 47 de los colegas caídos fueron asesinados en el anterior sexenio, el de Enrique Peña Nieto como Presidente, mientras que con casi 10 meses en el poder de la administración de López Obrador, 11 comunicadores han sido ultimados en México, país que se ha convertido en uno de los más peligrosos del mundo para ejercer este oficio.
Los sistemas que supuestamente protegen la labor periodística en el país son laxos y débiles, por no decir lo menos.
Por eso indigna que trogloditas como Óscar González Yáñez, de quien el periodista regiomontano Oscar Tamez recordó que en 1997 se cambió el nombre por Gonzalo Yáñez y le gustaba le dijeran Chalío, venga, encima de las amenazas diarias que vivimos los comunicadores, a proponer una suerte de ley mordaza.
Apunte al margen ¿a quién nos recuerda que el tal Chalío se haya cambiado el nombre?
Es que esto es lo que nos faltaba en el país, que una punta de estalinistas de caricatura vengan a amedrentarnos.
González Yáñez sugiere controlar a los medios de comunicación porque dice que estos serán “un instrumento de la “derecha» de cara a las elecciones de 2021 y 2024”.
Ay, Chalío, llegaste como 30 años tarde a la escena del mundo.
El muro ya se cayó en Berlín y no te han avisado.
¿PREMIO A LOS CASINEROS?
Dos veces Iván Paul Garza Téllez, autonombrado “Iván El terrible”, buscó ser Presidente Municipal de Monterrey; primero abanderó al PAN, en el 2015, y como falló de todas todas, en el 2018 buscó reivindicarse, inútilmente por Movimiento Ciudadano.
Sinceramente no extraña que ahora, en el fin del verano del 2019, Garza Téllez reaparezca en escena y sea nombrado como Director de Participación Ciudadana en el Gobierno que aun encabeza Jaime Rodríguez Calderón, El Bronco”. Muchos ex candidatos fallidos encuentran cobijo en los gobiernos.
Pero Garza Téllez aún no se puede quitar las señales de que siempre fue representante de la mafia casinera en Monterrey, aparte de que dijo una que otra mentira durante sus campañas en pos de la alcaldía regia.
Los electores no le perdonaron a Iván el haberse presentado como “economista” egresado de la Universidad de Monterrey en 1999, cuando en realidad ahí estudió economía pero nunca se tituló.
Dijo en falsó que además estudió en Comillas (en España) y Harvard (en Estados Unidos) pero no dice que fue a esas escuelas a cursillos de unos días, y que asistió a actividades complementarias.
Iván, a quien nadie conocía antes del 2015, nunca a tampoco aclaró que esos cursillos los pagó su “protector”, Juan José Rojas Cardona, mejor conocido en Monterrey como “El Zar de los Casinos”, santo patrono de muchos políticos, especialmente panistas.
Siendo así queda más que obvio por qué lo contratan en el desgastado “Gobierno Bronco”.