A partir de este 29 de agosto estará abierta al público la exposición “De lo perdido, lo que aparezca”, primera muestra de arte que se presenta en la otrora casa presidencial, convertida ahora en el Complejo Cultural Los Pinos.
La exposición incluye 33 obras que fueron encomendadas a artistas mexicanos entre 1992 y 1993, en el gobierno de Carlos Salinas.
Obras de Francisco Toledo y otros pintores mexicanos integran la muestra
En la planta baja del despacho presidencial, en la Casa Miguel Alemán, se instaló el “Murciélago”, de Francisco Toledo. También está la pintura “Volcanes”, de Luis Nishizawa.
En una de las habitaciones, que fue ocupada como recámara, están “Violencia e intolerancia”, de Rafael Coronel; “Fantasma”, de Alejandro Colunga; y un cuadro sin título del artista José Luis Cuevas.
En los extremos de los corredores hay dos obras notables: “Sofía vestida como china poblana”, de Julio Galán; y “Huitzo”, de Gunther Gerzso. También hay obras de Vicente Rojo, Juan Soriano, Rafael Cauduro y Beatriz Ezban.
La exposición ofrece una nueva forma de ver la identidad nacional
En entrevista con el noticiero En Punto, de Televisa, Carlos Molina, curador en jefe del Museo de Arte Moderno, indicó que la colección concentra el valor de la generación de la ruptura, de mediados del siglo 20, con una perspectiva y una nueva forma de ver la identidad nacional.
“Definiendo el espíritu mexicano, el ser parte de éste país, el ser nacional desde una definición individual, estricta, personal, que tienen que ver con el terruño, con la región de la que han salido”.
De los 33 que conforman la exposición, seis ya estaban en la residencia Miguel Alemán desde el 1 de diciembre de 2018.
“Los primeros meses había varios cuadros ya colgados aquí, el Soriano, el Chavez Morado. En el espacio ubicado para prensa estaba el Chavez Morado […], El Cauduro, estaban en diferentes lugares del espacio. Estaban en muy buen estado las obras, se les hizo trabajo de limpieza […], tenían polvo, algunos marcos lastimaduras leves […], hay una pieza que se le cambio el bastidor”, añadió Rodolfo Rodríguez, Coordinador del Centro Cultural Los Pinos.
Las obras estaban reservadas para el deleite de los gobiernos en turno
El funcionario explicó que las obras permanecían bajo resguardo en una bodega y cada gobierno elegía algunas: “Era cuestión de gustos, cada administración seguramente según su gusto iba decorando el espacio con la obra que consideraban adecuada”.
Con información del noticiero En Punto, de Televisa.
Fotografía: @CC_LosPinos