Entusiasmado, aplaudiendo, comentando detalles, el presidente Andrés Manuel López Obrador presenció el Desfile Militar del 16 de Septiembre, donde la Guardia Nacional, los beneficiarios de programas sociales y los vehículos y contingentes para el combate al “huachicol” fueron “el sello” del evento.
Esta parada militar, la primera del gobierno de López Obrador, fue diferente, con un público entusiasta, sin el besamanos tradicional ni los balcones de Palacio Nacional repletos de secretarios, amigos, empresarios, legisladores o políticos y sus familias.
A la derecha, en el balcón contiguo al que compartió López Obrador con su esposa Beatriz Gutiérrez Müller y los titulares de Sedena, Marina y Seguridad Ciudadana, sólo estuvieron los presidentes de la Corte, Arturo Zaldívar; del Senado, Mónica Fernández; de la Cámara de Diputados, Laura Rojas y el canciller Marcelo Ebrard.
La Guardia Nacional encabezó el contingente en camiones y vehículos todo terreno de color blanco y negro. Alfonso Durazo explicaba al mandatario los detalles de este amplio grupo que desfiló por primera vez, lo mismo con binomios caninos que con diversos uniformes, armamento y drones. El presidente aplaudió efusivamente a este contingente, uno de sus principales proyectos de gobierno.
Los beneficiarios de programas como Jóvenes Construyendo el Futuro desfilaron en un tráiler acondicionado como un taller de torno. Atrás un camión repleto de personas de la tercera edad del Programa Bienestar, también pasaron lista.
El combate al “huachicol” también tuvo representación. Tanto con pipas para el suministro de combustible en casos de contingencia, como con militares y marinos equipados con drones y vehículos especiales, además de personal de Petróleos Mexicanos experto en detección y cierre de tomas clandestinas.
Otro contingente fue la legión extranjera, en la que participaron los carabineros de Chile e Italia, la Guardia Civil Española, la Gendarmería de Polonia y la Guardia de Seguridad de Portugal. En el aire los Tiger F-5, los helicópteros de la Marina o los T-6C. En total 72 aeronaves entre las que se encuentran 50 aviones, dos ambulancias aéreas y 22 helicópteros.
Después vinieron los espectaculares paracaidistas, que desde aviones se lanzaron hacia el epicentro del desfile. Fueron 15, de los cuales cinco pertenecen a las Fuerzas Especiales de la Marina y 10 a la Secretaría de la Defensa Nacional. Los últimos cuatro en aterrizar tropezaron en el asfalto. Uno de ellos, Valente Mateo Hernández, se golpeó con una valla metálica y fue llevado al hospital militar.
Siguieron los contingentes de la Marina, la Sedena, del Sistema Nacional de Protección Civil, con sus impecables camiones, ambulancias, helicópteros y drones. Las bandas marciales retumbaron lo mismo con la “Marcha de Zacatecas” o el “Huapango de Moncayo”.
El calor empezó a aminorar, pero no el ánimo. Las adelitas y los charros de diversas asociaciones, en sus vistosos caballos y trajes típicos casi cerraron la parada militar. Al final tres camiones blancos del Gobierno de la Ciudad de México pasaron para dejar limpio el Zócalo.
El parte de novedades, los honores al presidente de la República, el Himno Nacional y un escuadrón de aviones surcando el cielo fueron el epílogo del primer Desfile Militar del gobierno de la llamada Cuarta Transformación.