Por Obed Campos.
El verano que se acaba de ir, con todo y que llovió a principios de la canícula, no fue de lo más halagüeño para los nuevoleoneses.
Agosto, de acuerdo con datos oficiales, nos dio temperaturas máximas en promedio de 36° centígrados, y mínimas, por unos minutos apenas en la madrugada, de 23° centígrados.
Nada fuera de lo común, ni nada raro en estas tierras otrora conocidas como Valle de Extremadura.
El clima en septiembre, en cambio, ha sido más benévolo, hemos tenido máximas de 32° grados centígrados, contra mínimas de 22° grados centígrados.
Ha hecho calor, sí, pero no ha habido temperaturas récord, ni calorones.
Lo comento porque se ve que el secretario general de gobierno, Manuel González, trae la cabeza en otra parte o a él sí le está fallando el sistema del aire acondicionado.
Porque no encuentro otra explicación de que Manuel haya culpado “a las altas temperaturas y al crimen organizado las 11 muertes violentas de las que han sido objeto mujeres menores de edad, como todos los homicidios dolosos en este último mes”.
O Manuel anda acalorado, por el proceso que puede acabar con su destitución, o él tiene otros datos y quiso decir otra cosa.
“Todos los años previo al inicio de clases, y en el tiempo de la canícula, se incrementan todas las incidencias delictivas familiares, y dentro de ellas, los homicidios”, dijo el aún secretario de gobierno estatal.
Y en la misma nota, que publica Milenio, se contradice y francamente cantinflea: “Pues es la desesperación del esfuerzo de los padres por sus hijos en la escuela, en la temperatura, el calor, pero bueno, más allá de eso, los dispositivos de Juárez y Cadereyta han funcionado, ahí hemos reducido el número de homicidios, y toda la otra parte es delincuencia organizada en su gran mayoría”.
Insisto: ¿Serán los nervios? ¿Cambió de marca de cigarros? ¿O ya se siente fuera del gobierno?
Porque calor, calor, lo que se dice calor, en septiembre ya no ha hecho…