Por Félix Cortés Camarillo.
Sé que todo empezó como un pequeño drama
Detesto que lo hayas tenido que leer en la prensa…
Blended family, de la película Juntos y Revueltos.
Cada vez el discurso de la Cuarta Simulación se intensifica, los vocablos se vuelven más agresivos y los adversarios fifís, neoliberales y mafias del poder pasado van adquiriendo rostro y nombre. Ayer en su sermón matutino el presidente López cambió intencionalmente el nombre del Movimiento en Contra de la Corrupción y la Impunidad por el de Movimiento a favor de la Corrupción, fingiendo luego demencia. Fue más allá y por nombre y apellido retó a Claudio X. González, supongo que el hijo, dirigente de este organismo, que ha dado pruebas notables de eficiencia en la investigación de temas de corrupción, a que demuestre de dónde viene el dinero para sus investigaciones y denuncias.
Todo está en tono de campaña electoral, pero las elecciones terminaron hace más de un año y la agresividad se incrementa.
En este panorama se dio el fenómeno del señor Salmerón y su desafortunado calificativo de patriotas para los asesinos de Eugenio Garza Sada en Monterrey hace casi medio siglo. El ex director del ente oficial designado para investigar la historia de las revoluciones en México no mereció ni siquiera una crítica mínima; el presidente lamentó que su actitud le hubiera llevado a su renuncia y afirmó que Salmerón es el mejor historiador que hay en México (¿según quién?) y que ahora será más útil en la academia que en la función pública.
Sea.
Otro profesional de la provocación, Fernández Noroña, hizo suya la causa. El Congreso de Nuevo León, en una actitud infantil declaró a Salmerón y a Fernández Noroña personas non gratas en el estado. Salmerón, hábilmente, tomó la invitación y anunció que viajaría el sábado a Monterrey para exigirle explicaciones a los diputados locales de Morena que votaron por ese gracioso nombramiento.
Este sainete no es accidental: parece obedecer a una campaña de hostigamiento y descalificación desde el gobierno federal hacia todos y cada uno de los que no comulguen con las piedras de molino de la cuarta simulación ni estén dispuestos a plegarse a las filas de los incondicionales corifeos del presidente. La consigna parece ser la de la polarización, la de profundizar todas las divisiones, la de impedir a toda costa una atmósfera de reconciliación, de unidad, que es lo que este país necesita.
Desunidos, vamos a ser vencidos. No importa quien resulte victorioso.
PILÓN.- Se están cumpliendo cinco años del evento que desató una cadena de crimen, complicidades, corrupción e ineficacia que culminó –y difícilmente será de otra forma– con la definitiva desaparición de los 43 jóvenes de Ayotzinapa.
Desaparecida la llamada verdad histórica, liberados los criminales convictos y confesos, el estado mexicano va a comenzar una nueva investigación desde el punto cero. No va a servir de nada, más que como vehículo de la propaganda política de quienes quieren llevar agua a su molino.