Por Obed Campos.
De ser el municipio modelo en seguridad y en desarrollo de México, San Pedro Garza García ha caído bajo, bajo.
San Pedro ganó fama en lo político, en lo social y en el tema de la seguridad, y ahora que es gobernado por el supuesto independiente Miguel Treviño de Hoyos le queda la pura fama.
Olvídese usted de la delincuencia organizada, que por muchos años medró en San Pedro con pingües ganancias con el trasiego de la droga entre tantos y tantos jóvenes que visitan los bares de “El Centrito” los fines de semana…
Ahora son delincuentes comunes, viles rateros, piñeros y carteristas, los que mandan en territorio sampetrino, ante la ineficiencia de un gobierno municipal incompetente y altanero.
Los robos a casa habitación y los cristalazos a vehículos, aunque el alcalde presuma lo contrario, es lo que priva en San Pedro, que seguramente tiene maquilladas sus cifras de inseguridad.
Mientras Miguel sigue en campaña permanente en sus redes sociales, porque sueña con suceder a Jaime Rodríguez Calderón, El Bronco y convertirse así en el segundo gobernador independiente de Nuevo León y de México.
Así Miguel sueña y los sampetrinos viven una pesadilla.
Impuestos a los elotes y los tacos
La que se voló la barda con su propuesta “brillante” durante el análisis del Paquete Fiscal 2020, fue la alcaldesa de Reynosa, Tamaulipas, la panista Maki Ortiz Domínguez, quien, evidentemente no supo disimular su desesperación por hacerse de recursos.
Maki salió con la brillante idea de que el municipio cobre impuestos a taqueros y eloteros y busque alguna manera de cobrar a la población un impuesto para la iluminación de calles y avenidas.