Han pasado más de cinco años desde que Angelina Jolie se sometiera a una doble mastectomía preventiva para prevenir el cáncer y cuatro desde que se sometiera una nueva cirugía en la que le fueron extirpados los ovarios y las trompas de Falopio para minimizar las probabilidades de sufrir una enfermedad de la que murieron su madre, su abuela y su tía. Su madre, Marcheline Bertrand, a la que estaba muy unida, falleció a la edad de 56 años de un cáncer de ovario, y esto le hizo replantearse su vida.
Angelina ha vuelto a recordar mediante un conmovedor relato su historial médico y sus antecedentes para tratar de arrojar luz sobre los avances en la investigación del cáncer, el tratamiento y la salud de las mujeres, así como los derechos de las mujeres en todo el mundo.
La ganadora del Óscar por el filme Inocencia interrumpida, escribió un sincero artículo para la revista Time, en el que ha hablado sobre la batalla de su difunta madre, de sus decisiones posteriores de someterse a cirugías preventivas para reducir las probabilidades de padecer la enfermedad, y de la importancia de tratar el cáncer no solo desde punto de vista médico, sino también desde la salud mental, el bienestar emocional y la seguridad física.
De manera serena y tranquila, aunque con los sentimientos a flor de piel, Jolie relata el difícil proceso que ha atravesado después de que un análisis de sangre detectara que tenía un riesgo muy alto de padecer cáncer. «Me hicieron una mastectomía doble y luego me extirpé los ovarios y las trompas de Falopio, lo que redujo significativamente, aunque no eliminó por completo, mi riesgo de desarrollar cáncer. A menudo me preguntan cómo me han afectado mis decisiones médicas, y simplemente siento que tomé decisiones para mejorar mis probabilidades de estar aquí para ver a mis hijos crecer y conocer a mis nietos». La actriz es madre de seis niños junto a su exmarido Brad Pitt: Maddox, de 18 años, Pax, de 15, Zahara, de 14, Shiloh, de 13 y los mellizos Knox y Vivienne, de 11 años.
Pero si de algo se aseguró Marcheline Bertrand es de que su hija no padeciese su misma enfermedad, como así ha contado Angelina. «Mientras estaba de pie en el pasillo del hospital esperando que el cuerpo de mi madre fuera recogido y llevado para ser incinerado, su médico me dijo que le había prometido a mi madre que se aseguraría de que me informaran sobre mis opciones médicas», recuerda Jolie en el artículo. Esas opciones incluyen cirugías preventivas. «Las mujeres generalmente tienen un riesgo del 13% de desarrollar cáncer de mama a lo largo de su vida. Yo tenía un riesgo estimado del 87% de desarrollar la enfermedad y un riesgo del 50% de cáncer de ovario. Debido a mi alto riesgo, los expertos me recomendaron cirugías preventivas «, escribió.
La actriz todavía se emociona al recordar a su madre. «Conoció solo a algunos de sus nietos y a menudo estaba demasiado enferma para jugar con ellos. Es duro» . «… cuando pienso en cuánto se habrían beneficiado sus vidas por el tiempo que pasaron con ella y la protección de su amor y gracia». Angelina continúa: «Mi madre luchó contra la enfermedad durante una década y llegó a los 56 años. Mi abuela murió a los cuarenta y tantos. Espero que mis elecciones me permitan vivir un poco más».
Angelina Jolie confiesa que cuidar su salud es parte de su rutina diaria: «Tengo parches de hormonas. Necesito hacerme chequeos de salud regulares. Veo y siento cambios en mi cuerpo, pero no me importa. Estoy viva, y por ahora estoy manejando todos los diversos problemas que heredé. Me siento más conectada con otras mujeres, y a menudo tengo conversaciones profundamente personales con extraños sobre la salud y la familia. La gente también me pregunta sobre las cicatrices físicas que arrastro. Creo que nuestras cicatrices nos recuerdan lo que hemos superado. Son parte de lo que nos hace únicos».
La estrella de Hollywood, de 44 años, también amplió el tema de discusión para abordar lo importante que es tratar la salud de las mujeres no solo desde el punto de vista médico, sino también desde el punto de vista de la salud mental, el bienestar emocional y la seguridad física. «He aprendido que cuando se trata de la salud de las mujeres, los avances médicos son solo una parte de la imagen. La salud mental y emocional y la seguridad física son igual de importantes», señaló. «Sin eso, puede haber una falsa sensación de que una mujer está siendo cuidada, cuando de hecho se está desmoronando debido a otras presiones en su vida que no reciben atención alguna. Ahora entiendo que a menudo nos enfocamos en el cáncer o la enfermedad específicos que afectan a una mujer en particular, pero pasamos por alto el diagnóstico más amplio: su situación familiar, su seguridad y si está sufriendo un estrés que está minando su salud». Y añade: «Todos los descubrimientos médicos que extienden nuestras vidas son bienvenidos. Pero los cuerpos que esperamos sanar también necesitan ser respetados y evitar los daños que se puedan prevenir. Solo si nos sentimos seguros y cuidados, cualquiera de nosotros podrá alcanzar su máximo potencial», concluyó.